El futuro es como el oasis de la vida. En él depositamos nuestras esperanzas, nuestros anhelos, nuestros sueños imposibles. Miras para adelante y te imaginas que estas Navidades te tocará la lotería, que encontrarás a la mujer de tu vida, que dejarás de fumar, que te ascenderán en el trabajo. No digo que no haya que ilusionarse con las cosas que te puedan suceder, pero lo que está claro es que para que sucedan hay que poner algo de tu parte, y ese algo tiene que ser desde el presente. Si quieres que te toque la lotería compra números; si quieres encontrar a la mujer de tu vida, sal a buscarla hoy; si quieres dejar de fumar, no entres en el estanco; y si quieres un ascenso, pues cúrratelo desde ya. Quiero decir con esto que a veces esperamos mucho del futuro, sin tener en cuenta que el futuro es tan incierto como imprevisible. Confiarle nuestra vida no es la mejor de las opciones. En cambio, el presente está aquí mismo, es el ahora, el momento. Es al revés, con lo que haces ahora construyes lo que vendrá. Es decir, que el futuro es la consecuencia del presente. El azar es un factor que también juega, pero en todo caso está fuera de nuestro control. El futuro es el presente de mañana, pero ¿quién sabe lo que va a suceder mañana? ¿Y para qué saberlo si con estar aquí es más que suficiente?
Pau Donés (1966-2020)
Fragmento de 50 palos y sigo soñando, de Pau Donés.
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