Oro parece, plata-no es

En un mundo regido por la economía es fácil confundir mercado con realidad. Donde hay realidad, hay mercado. Aunque no podamos afirmar que donde hay mercado, hay realidad. En los últimos años se hizo patente esta afirmación con la llamada economía financiera, especulaciones varias y explosión de burbuja inmobiliaria. Descubierto el truco del mago, podemos afirmar que no es oro todo lo que reluce ni economía dependiente de una realidad.

En tal ecosistema mundial, la educación no iba a ser menos y el templo sagrado del desarrollo de los pueblos se ve allanado por los mercaderes de turno, donde se encuentran una variedad importante como en todos los gremios. Hay mercaderes artesanos, son aquellos que elaboran con mimo y cuidado las acciones de enseñanza-aprendizaje, cuidan cada detalle y personalizan al máximo el trato con el educando. Hay mercaderes que trabajan por cuenta ajena, son aquellos que depende del mayorista y sin olvidarse de su función tratan a la par de contentar al patrón y al educando con cara de cliente. Hay mercaderes, porque no decirlo, estafadores, son aquellos que venden cualquier cosa con el nombre de educación, como aquellos que vendían oro gold-filled por oro sólido.

Así rozamos el absurdo hoy. Nos ponemos en contexto: Centro de Apoyo Escolar y Rendimiento Académico llamado “Por ejemplo” de cualquier ciudad española, donde la saturación del mercado de las antiguas clases particulares es patente, 5 académicas en una calle de 400 metros. Entre ellas destaca “Por ejemplo” por diversas razones: venden coaching educativo, gestión de becas con el gobierno pertinente, talleres de diversa índole y todo bajo una metodología innovadora.

Fuente: Networktotal.
Fuente: Networktotal.

Allí decido ir para ver como trabajan, es la raris avis con un toque “molón”.  La primera en la frente, me preguntan una y mil veces qué hago allí. Mil y una vez que les alabo por su labor marcando la diferencia con otros lugares y mi intención de conocerlos aportando mi experiencia y posible colaboración. Al cabo de poco tiempo, viene el jefe con prisa, porque están tramitando becas del gobierno pertinente. Reproduzco el diálogo, palabra más o menos: 

Jefe: ¿Qué necesitas?

Fran Lozano: Conocí su institución y la diferencia tan notable que ofrece sobre otras academias. Me gustaría formar parte para conocerla y aportar todo lo que pueda de mi experiencia. Creo sinceramente que es una maravillosa idea la suya a la que puedo apoyar y vengo a presentarme básicamente.

J.: Ah, gracias. ¿A qué te refieres por diferente?

F.L.: Al hecho diferencial de no ofrecer clases de deberes al uso, apoyo escolar que es más escuela por la tarde, lo proyectos de talleres de metodología, la propia metodología que dicen es innovadora. Como le decía, no es más de lo mismo: niño va a un sitio para hacer los deberes, se le explica si tiene alguna dificultad (lo más parecido al colegio), rápido, barato y vamos que nos vamos -Sí, lo dije sin pensar, esa expresión coloquial-.

J.: Ah, bueno. Aquí es lo mismo, porque es lo que demanda el servicio. Pero bueno, gracias por fijarte en nuestro centro. Tengo que tratar un tema de becas con ella (la chica de la recepción), así que mándanos tu currículum y lo tendremos en cuenta.
Tras la conversación, salí del lugar y me fui a casa pensando en la frase del gran gurú de la publicidad en España:
Si las ventas de un producto dependieran únicamente de su valor intrínseco, no existiría la publicidad ni el marketing.Luis Bassat

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