ALMAS ROBADAS (Emilie Schepp)
Marcada de por vida, entrenada para matar. Algunas cicatrices calan hasta lo más hondo.
Cuando un alto funcionario de Inmigración es hallado muerto a tiros en su casa, no faltan los
sospechosos, entre ellos su mujer. Nadie, sin embargo, espera descubrir la misteriosa huella de la
mano de un niño en la casa de un matrimonio sin hijos.
Jana Berzelius, una joven fiscal, es la encargada de instruir el caso. Brillante pero fría, al igual que
su padre, un famoso fiscal, Berzelius no se deja impresionar por el histerismo de la viuda ni por las
cartas amenazadoras que esconde la víctima. Jana es dura, distante, imperturbable. Hasta que
aparece el niño…
Unos días después del primer asesinato, en un desierto paraje costero es hallado el cuerpo sin
vida de un menor y, junto a él, el arma que sirvió para matar a la primera víctima. Al asistir a la
autopsia del pequeño, Berzelius descubre algo extrañamente familiar en su cuerpo cubierto de
cicatrices y extenuado por la heroína: unas marcas grabadas en la piel que remiten
inmediatamente al tráfico de menores y que desencadenan en Jana un alud de recuerdos acerca
de su oscuro y aterrador pasado. Esas cicatrices, hechas con premeditada maldad, la conmueven
en lo más profundo.
Ahora, para proteger su pasado, Jana habrá de encontrar a la persona que se oculta tras los
asesinatos antes de que lo haga la policía.
LA TENTACIÓN DE SER FELICES (Lorenzo Marone)
Cesare Annunziata podría definirse sin demasiados miramientos como un viejo y cínico
tocapelotas. Con setenta y siete años, viudo desde hace cinco, y padre de dos hijos, Cesare ha
decidido pasar de todo y de todos. Los pocos balances que hace de su vida están marcados por
una feroz ironía, quizá por miedo a no poder seguir haciéndolos. Su existencia podría seguir su
rumbo hasta su previsible y universal final entre vasos de vino con Marino, el viejecito neurótico
de la segunda planta; las charlas no deseadas con Eleonora, la loca de los gatos del vecindario; y
fogonazos de pasión carnal con Rossana, la enfermera madura que redondea sus ingresos con
atenciones de pago a los viudos del barrio.
Pero un día llega a su edificio la joven y enigmática Emma, casada con un individuo siniestro con el
que no parece tener nada en común. Cesare no tarda en darse cuenta de que en esa pareja hay
algo que no funciona, y sin duda no se implicaría si no fuera por la silenciosa llamada de socorro
que lanzan los tristes ojos de Emma… Los secretos que Cesare descubre sobre su vecina, pero
sobre todo sobre sí mismo, conformarán la trama de esta novela formidable, capaz de dibujar un
personaje en el que conviven, en alegre contradicción, el cinismo más feroz y la más profunda
humanidad.
EL AHORCADO (Faye Kellerman)
Quince años atrás, Chris Whitman, en su último curso de instituto, fue a prisión por asesinar a su
novia, Cheryl Diggs. Impulsado por un equivocado sentido de la caballerosidad, confesó, decidido
a librar a otra compañera de clase, la hermosa y vulnerable Terry McLaughlin, de tener que
testificar en su juicio. Cuando la verdad salió a la luz, Chris salió de prisión, se casó con Terry, que
estaba embarazada de él, y se cambió el apellido por el de Donatti.
Peter Decker fue el detective encargado del caso y, a lo largo de los años, mantuvo el contacto
con Terry. Ahora su amiga estaba en Los Ángeles y le pedía un favor, pero el favor no tardó en
complicarse cuando Terry y Donatti desaparecieron, dejando a Gabe, su hijo de catorce años, sin
nadie a quien recurrir salvo a Decker y a su esposa, Rina Lazarus.
Pero Decker tuvo que compaginar la búsqueda de Terry con un truculento asesinato.
LA VICTORIA DEL PERDEDOR (Carlos G. Regiosa)
Arcadio Macías, perdedor de una guerra y de una posguerra, prepara su fuga de España. Está
convencido de que la lucha ha terminado. Pero la realidad, en forma de una represión que no
cesa, pronto le demuestra lo contrario. Esto exacerba su rebeldía y le impide huir. Se convierte así
en un combatiente solitario y vengador que cambiará la realidad de un territorio. Un hombre
atrapado en un rincón de la Historia que ajusta cuentas con el mundo en que le ha tocado vivir.
Carlos G. Reigosa construye con agilidad una acción estremecedora y absorbente que retrata la
dialéctica embrutecedora entre la perversión de la victoria y el desvalimiento de la derrota. La
crueldad resultante desborda la dimensión política para convertirse en ferocidad y desquite. La
victoria del perdedor es la memoria escalofriante y turbadora de un tiempo de posguerra
dominado por el terror y la violencia.