No soy un monstruo (Receta para una historia nº 33)

Nos despedimos de mayo con una nueva receta para elaborar una deliciosa historia.

Debido a la aceptación que está teniendo últimamente esta sección, que se inició a la vez que el blog, me he visto obligada a dividir el post mensual en dos, uno que se seguirá publicando el último día del mes, en el que os propongo los ingredientes para elaborar la nueva historia y otro, que publicaré la primera semana del mes siguiente, en el que haremos la crítica culinaria de las historias que habéis elaborado con los ingredientes de la receta propuesta el mes anterior. ¿Qué os parece la idea?

Así que dejamos para el siguiente post las críticas culinarias de la Receta nº 32: El Café de las Viudas y nos centramos en la receta de este mes.



Para esta ocasión me he basado en el último libro que me han regalado mis "adorables vecinos", el Premio Primavera de Novela 2017, No soy un monstruo de Carme Chaparro.

Os aseguro que no os dejará indiferentes, creo que ha sido el único libro, que recuerde, que he tenido que dejar de leer... coger aire... y tomarme un respiro para asimilar esa pequeña historia tan brutal con la que te encuentras casi al principio. Y a partir de ahí, ya no pude dejar de leer.

Que un libro te haga sentir un nudo en la garganta en más de una ocasión y que las lágrimas estén luchando por no salir de los ojos, en otras ocasiones, ya quiere decir mucho... es impresionante.

Una novela con capítulos muy cortos pero muy potentes que te hacen sentir y te obligan a ir de un capítulo a otro hasta el final.

Y ahora, vamos con los ingredientes para elaborar una intrigante, traumática y brutal receta para que nuestros peores sueños no se repitan y que no nos lleven al límite:

4 niños (Opcional Nicolás, Kike, Pablo y Carlos)

2 amigas1 periodista y escritora (Opcional Inés)

1 inspectora jefa de policía (Opcional Ana Arén)
1 subinspector (Opcional Javier Nori)

1 hombre alto, deforme y fantasmal que hace desaparecer niños (Opcional Slenderman)

1 hacker de cabello moreno y rizado (Opcional Joan)
1 técnico de la Estación de Recogida Neumática de Residuos Urbanos (Ramón)
1 chica con relucientes zapatos fucsia (Patricia)
1 centro comercial muy concurrido
1 depósito de la Estación de Recogida Neumática de Residuos Urbanos
1 casa abandonada
1 bosque
1 o 2 pequeños accidentes1 parte de dolor
1 parte de culpa
1 puñado de rabia
1 cucharada de amor
1 pizca de amistad
1/2 cucharadita de necesidad

Echamos casi todos los ingredientes en un bol y lo dejamos macerar en el frigorífico durante 2 años. Transcurrido este tiempo lo pasamos a una olla grande y cocemos a fuego lento durante 4 días, sin dejar de remover con una cuchara de madera. Hacia el final de la cocción, añadimos el dolor, la rabia, la culpa, el amor, la amistad y la necesidad y subimos el fuego, dejamos cocinar durante 24 horas más.


¿Cuál es tu historia para esta receta? Ya sabes que tienes un mes para macerar la idea y preparar un buen plato e invitarnos a probarlo. A principio de julio recibirás la crítica gastronómica correspondiente.

Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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