NARCISO
Cada vez que me miro en el espejo,
advierto en él que se refleja un pijo,
de una musa y un muso soy el hijo,
al que todos le piden su consejo.
No he tenido jamás ningún complejo
y como gran poetas, yo me erijo,
por leyes del "Narciso" bien me rijo
y si alabarme quieres, yo me dejo.
Soy grande entre los grandes; ¡un antojo!
qué suenen las campanas, !soy un lujo!
que golpeen con fuerza su badajo.
Me amo, me doy de besos un manojo,
soy sublime, eminente, soy un brujo:
¿no se os caen los palos del sombrajo?...
JJRME (Terly)