Nápoles y no intentes hacer dieta



El mes pasado estuve paseando por Nápoles con mi amiga Leyla de Naciendo en Holanda. Toda esta historia empezó cuando Ley me dijo que tenía unos días libres -lease libres de marido- y me propuso hacernos una escapada. Yo ya venía con ganas de conocer algún lugar de Italia “bien italiano”, así que le propuse ir a Nápoles, y de paso pasear por las ciudades alrededor.



Lo que tiene de genial Nápoles es que queda muy cerca de la Costa Amalfitana, de las ruinas de Pompeya y de muchas islas hermosas para visitar.



Y lo que más amé de Nápoles es, primero, que guarda su autenticidad: no es una ciudad para turistas; nadie te persigue para venderte nada ni que entres a comer a ningún lado, no hay tantos lugares de souvenirs ni nada de eso.



Lo segundo que más me gustó es su gastronomía: todo es muy local, muy parecido a lo que se comía en mi casa cuando era chica; acá nadie mide calorías ni cucharadas de aceite, es una burbuja aislada de toda tendencia saludable o fitness. Si venís a Nápoles, venís a comer. No vayas a Nápoles si:

querés ver una ciudad súper organizada al estilo de Holanda o Escandinavia. Acá, todo es quilombo;



tenés pensado recorrer cada recoveco con tal de encontrar opciones saludables o bajas calorías. Hay algunos puestos que venden fruta cortada a buen precio, pero el resto es a puro carbohidrato. Y te recomiendo que no te los pierdas, sólo vas a ir una vez;



Alojamiento. Les recomiendo que miren bien la ubicación de los hoteles, ya que muchos pueden encontrarse muy cerca de Corso Umberto (la Quinta Avenida napolitana), pero estar situados en una calle con mala iluminación. Nosotras nos alojamos en el Palazzo Caracciolo, un antiguo palacio completamente remodelado. El hotel está bien, es lindo, el desayuno era rico y tenía un patio divino para tomar un trago después de caminar todo el día sin parar. El hotel queda cerca de las estaciones de tren que te llevan a Salerno y Pompeya, y el metro que va al puerto.



Comida. Qué más decirles! La comida es de esas que no olvidás el sabor ni después de 50 años. Yo tenía una colega napolitana que me recomendó algunos lugares, y no falló. Me gustó toda la comida en general, pero creo que, si tengo que elegir, Tandem Ragu se ganó un lugar en mi corazón. No pude sacar fotos (lamentablemente) porque no habíamos llevado cámaras ni celulares (nos daba un poco de miedo salir tan equipadas de noche), pero le pedí unas fotos prestadas al restaurante. Yo me pedí unos ñoquis con ragú y queso ahumado.



Otro lugar que visitamos fue la famosa pizzería Sorbillo, recomendadísima por los locales y por todas las guías turísticas, aparentemente, porque estaba llenísima! Si querés probar la pizza más famosa de Nápoles, tenés que sacar número y hacer cola por unas dos horitas. Les recomiendo que vayan sin hambre y con el celular a mano: al llegar al lugar, te dan tu número y te ofrecen bajar una aplicación a tu celular para ver qué tan avanzado estás en la lista. Les va a parecer ridículo, pero lo van a necesitar si no quieren pasar dos horitas parados en la puerta de la pizzería mientras esperan su turno. Yo pedí una pizza con varios tipos de quesos que me gustó mucho, pero no tuve oportunidad de compararla con ninguna otra, ya que esa fue la única vez que mi estómago me permitió comer pizza durante el viaje. Yo soy de estómago fuerte, pero la comida en Nápoles es bastante pesada; no llegaba a digerir el almuerzo que ya era hora de la cena, y así.



La pastelería también es fantástica! Les recomiendo las sfogliatellas y todo, absolutamente todo.



Cómo llegar al hotel desde el aeropuerto. En taxi, si se quieren sentir cómodos y seguros. Para evitar el regateo con el taxista o que les de doscientas vueltas a la ciudad, pueden pedir en su hotel que se encarguen de mandarle un taxi. Generalmente los hoteles tienen tarifas fijas con las empresas de taxi (del aeropuerto al centro cuesta algo así como 17-20 euros). Hay un bus que  por 4 euros por persona los lleva a la estación Garibaldi, pero luego tienen que caminar y, con valijas y todo, no sé si es la opción más recomendable.

Cómo moverse en Nápoles. Cuando me dijeron que Nápoles tenía fama de insegura, yo pensé: ay, vengo de Buenos Aires, qué me puede parecer inseguro a mi en una ciudad europea?! Par favaaar! Bueno, error. Una cosa es ser local en una ciudad insegura, y otra muy distinta es ser turista, con tus valijas y tu cámara colgadita. No nos pasó nada, ni cerca estuvimos de que nos pase, pero el sólo hecho de caminar calles con mala iluminación y sin gente nos hizo sentir un poco inseguras. Les recomiendo que miren bien el mapa y sólo tomen las calles principales, aunque tengan que caminar un poquito más. Para todo lo que queda dentro de la ciudad, pueden ir caminando; para ir a Pompeya o la costa, pueden usar transporte público, que es muy barato y bastante bueno.

En los próximos posts les voy a contar más acerca de las cosas que hicimos en este viaje.

Cualquier pregunta, pueden escribirme en Instagram o mandarme un mensajito a nina@ohmybowl.eu

Beso!!

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