Un ligero cambio de rumbo toma la serie, después de una impresionante primera temporada, para de este modo dejar paso a esta segunda donde finalmente se aplican los conocimientos adquiridos previamente en un caso basado en hechos reales que centra la mayor parte de la trama. Las entrevistas con asesinos en serie se han reducido, aunque sigue habiendo alguna realmente interesante, y ahora los pelos de punta se nos pondrán por otros motivos igual de espeluznantes.
Todo lo demás continua igual, destacando por encima de lo demás su magnífico y tenebroso diseño de producción y unas grandes actuaciones que sirven para plasmar unos personajes cada vez más tridimensionales en cuyas vidas se ahonda mucho más, en algunos casos de mejor manera que en otros. Nueve episodios que nos van enganchando progresivamente y que consiguen mantenerte en vilo hasta un último capítulo que sienta las bases argumentales para la siguiente entrega, si es que acaba llegado
Mi puntuación: 7/10
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