En una foto capturada en julio pasado, un graffiti en el centro de Kabul elogia el acuerdo que allanó el camino para las conversaciones intra-afganas.
En una foto capturada en julio pasado, un grafiti en el centro de Kabul elogia el acuerdo que allanó el camino para las conversaciones intra-afganas.
El jueves, los talibanes aplaudieron el tweet del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump proponiendo el regreso de los soldados desplegados para la Navidad en Afganistán. No parece tan feliz a los afganos. El impactante mensaje llegó sólo unas horas después de que Robert O’Brien, su asesor de seguridad nacional, dijera el día anterior que para principios del próximo año, el número de soldados estacionados en el país asiático se reducirá a 2.500.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 7, 2020
Trump tweeteó, “Deberíamos tener un pequeño número de nuestros valientes hombres y mujeres en Afganistán trabajando en casa para la Navidad.” No se sabe con certeza el alcance de sus palabras. Ni el Pentágono, ni el Centcom, ni el gobierno de Kabul han hecho comentarios, aunque tanto la administración como el mando militar normalmente anuncian cambios en la política o en los niveles de tropas de forma coordinada.
Sin embargo, los analistas no descartan la posibilidad de que Trump esté dispuesto a tomar una decisión por sí solo. “Esto provocaría una incertidumbre aún mayor en los sentimientos de los afganos acerca de su futuro y el de su país”, dice Thomas Ruttig, codirector del Centro de Estudios de la Red de Analistas del Afganistán.
Los talibanes, que han estado luchando contra sus soldados desde que Estados Unidos los expulsó del gobierno de Kabul en 2001, son todo lo contrario. El Estado islámico acoge con satisfacción estas declaraciones y las considera un paso positivo hacia la aplicación del acuerdo firmado con Estados Unidos”, dijo el portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, en un comunicado. El término con el que los insurgentes se refieren a sí mismos y a lo que llamaban la nación cuando estaban en el poder es el Estado Islámico del Afganistán.
Según el periódico, el partido mantiene su adhesión al acuerdo firmado en febrero pasado. A cambio del cese de los ataques de la guerrilla y la colaboración con grupos terroristas como Al-Qaeda e ISIS, dispuso la retirada de las fuerzas estadounidenses para mayo de 2021. Siete meses después, la primera demanda parece ser atendida por los insurgentes, pero hay incertidumbre sobre la segunda.
Además, los talibanes dan la impresión de arrastrar los pies en el objetivo tácito del pacto de iniciar un proceso de reconciliación interna. Desde que el diálogo interafgano comenzó finalmente el mes pasado en Doha, no se ha tenido noticia de ningún progreso y los participantes en las conversaciones parecen estar más interesados en recibir todo tipo de delegaciones internacionales que en acordar con las autoridades de Kabul un país modelo. No encontraron tiempo para reunirse con el Presidente Ashraf Ghani en una visita a Qatar la misma semana.
El conocido empresario de comunicaciones afgano Saad Mohseni respondió al tweet de Trump en la misma red social: “Si los talibanes nunca se tomaran en serio el diálogo (como podemos ver en Doha), los estadounidenses podrían simplemente retirarse sin darles legitimidad internacional, además de [liberar] a 5.000 combatientes, retirarlos de la lista de sanciones, etc.”.
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