Hola!
Ya hemos conversado sobre mi necesidad por encontrarle un sistema de organización a todo en la vida. Organizar se puede definir como ordenar las cosas y encontrarle a cada elemento su espacio. Sin embargo, conforme pasa el tiempo compramos más cosas y llega un punto donde nada nos cabe por más que re-definamos el sistema.
Siempre puede existir la posibilidad de ampliar el closet, comprar nuevos cajones, mudarnos a una casa más grande o simplemente acostumbrarnos a sentirnos estrechos de espacio. El punto aquí es cuestionarte sobre qué tan necesario es TODO lo que tienes?, en caso de una hecatombe, qué echarías de menos?
Vivimos en una sociedad que promueve el consumo, pero los días son finitos y en realidad a veces no nos alcanza la vida para utilizar todo lo que tenemos. Existen cosas que usamos por un tiempo, con mayor o menor intensidad, y otras que olvidamos que existen una vez que llegan a la casa. No hablo de la ropa solamente; esto se refiere a TODAS las compras que realizas: comida, muebles, electrónicos, libros, adornos, utensilios, etc.
En ocasiones me han dicho que me “estorban” las cosas. Creo que no es así, pero reconozco que hago un esfuerzo por revisar constantemente que lo que hay en mi vida de verdad forme parte de ella. Me encanta sacar cosas que ya no utilizo, cosas que quizás ya no sirven, que se puedan reciclar o que incluso le pueden servir a otra persona.
Esto me hace sentir liberada, con menos peso encima, con más cosas lindas para apreciarlas. Y es que cuando hay demasiado te abrumas y dejas de apreciar el detalle. Soy consciente de que me he acostumbrado a muchas cosas, que muchas personas podrían considerar exceso. Sin embargo, soy positiva y pienso que aunque el paso sea pequeño, sigue siendo un avance.
Siempre existe la posibilidad de sacar algo. No es necesario tener un día libre para ello, con que saques un par de blusas, algún bowl y un vistazo a la refri, ya es una mejora en nuestra vida. Yo persigo dejar de lado esa dependencia por tantas “cosas” y permitirme disfrutar de otros tipos de emociones, vivencias, experiencias.
Si no estás acostumbrada a este tipo de actividades te comento que valen la pena. Puedes empezar por algo pequeño como el mueble del baño o los periódicos viejos que no has llevado al reciclaje. La idea es meter en nuestra mente que ES POSIBLE deshacernos de cosas y que esa sensación de libertad nos invadirá poco a poco.
Libres, livianas… Te reto a hacer la prueba, vivir en un espacio más limpio ayuda a limpiar tu alma, te trae paz y serenidad.
Valeza