La receta de la felicidad: Placer

Ya estamos en el último lunes de agosto, día en el que hablamos sobre el hygge, este término danés que recoge la felicidad y el bienestar y que para mí es disfrutar de las pequeñas cosas.



Seguimos con los puntos fundamentales del Manifiesto Hygge, ya hablamos sobre los dos primeros, Ambiente y Presencia y hoy hablaremos sobre el tercer punto de este manifiesto, Placer.



Disfruta del café, chocolate, galletas, pasteles, dulces,... y sólo di ¡quiero, quiero, quiero! Disfruta de lo natural con calidad.



En la sociedad actual, donde prima el culto al cuerpo y lo saludable, nos aleja de los placeres del hygge como disfrutar de ciertos alimentos que nos aportan la felicidad, como las golosinas, los dulces, algunas comidas contundentes,...



¿No creéis que a veces nos merecemos un descanso de las exigencias de la vida sana y poder disfrutar un poco del hygge? Yo sí que lo creo y por eso en casa siempre hay algo para esos momentos. Mis amigas os lo pueden decir, que cuando se pasan por casa, esperan un café o infusión acompañada de un tozo de pastel casero, o una limonada acompañada de un plato de galletas recién hechas, o un helado casero para combatir el calor de las tardes de verano. Y es que en mi casa disfrutamos de lo natural con calidad, de hecho, algunos de los ingredientes que utilizo en mis recetas salen directamente de mi jardín o del huerto de mis padres o mis adorables vecinos me los traen de otros huertos o de los árboles frutales de sus padres.



Cada vez tenemos más personas con alergias e intolerancias como a la lactosa, al gluten, al maíz, al aguacate, a las fruta madura, al tomate, a los frutos secos,... También están las personas que tienen colesterol, azúcar, tensión alta,.. De mis amigos y familia, hay muy pocas personas que puedan comer de todo, así que os podéis imaginar cuando hago alguna celebración en casa, tengo que hacer comidas distintas para que todos puedan comer y que puedan disfrutar del hygge.



Las tartas: En el libro Hygge. La felicidad en las pequeñas cosas, viene una frase que para mí es fundamental "La tarta es hyggeligt total y los daneses la comen un montón.", pues sí, yo tengo que ser danesa porque estoy totalmente de acuerdo con ésto y lo practico.





Los pasteles: Cuando miro el escaparate de una pastelería y veo las bandejas de pasteles tan bien colocados, creo que me hablan, ¿no os pasa lo mismo? Al final acabo entrando y llevándome alguno... ¡Y es que están deliciosos!



El chocolate: ¿Es el sustituto del sexo? No lo sé, lo que sí se es que es puro placer, ¿no creéis? Recuerdo de pequeña los packs de chocolates que compraban mis padres, pack de tres tabletas gruesas y enormes de chocolate blanco para mi hermano el chico, de chocolate con leche para mi madre y mi hermano el mayor y de chocolate negro para mi padre y para mí. La gente que descubría el rincón del chocolate en la cocina se sorprendía, no os podéis hacer una idea.







Bebidas calientes: La bebida caliente preferida de los daneses es el café y yo adoro el café. En casa tengo la cafetera tradicional italiana, dos cafeteras de émbolo y otra eléctrica y las utilizo todas.



Pero también disfruto de una buena infusión para después de comer que ayuda a hacer la digestión o para merendar, si ya llevo muchos cafés ese día. ¿Y qué me decís de un chocolate caliente a la taza con unos churros? Es toda una tentación ¿verdad?



Bebidas frías: Los países nórdicos no tiene el clima que tenemos los del sur en primavera y verano, por lo que algunas cosas pueden cambiar en cuestión al hygge. A un cordobés o cordobesa ponle una jarra de cerveza bien fría en verano, para ellos eso será lo más hyggelig que pude haber. Disfrutar de una limonada, granizada, o una horchata fresquita en una terracita es fantástico.





Helado: Y qué me decís de un helado en verano, ¿puede haber algo más delicioso?





Pero el placer también está en hacerlo tú mism@, ensuciándote las manos y disfrutando del proceso, del acabado y del resultado. El aroma que desprende el pan recién hecho es impresionante...



Podemos hacer lo que queramos, de manera que controlemos los ingredientes que utilicemos, así, comeremos con calidad, y como he dicho al principio, el hygge nos ayuda a disfrutar de lo natural con calidad.



El hygge da mucho de qué hablar así que seguimos el próximo mes. Pero antes de marcharnos, os propongo una tarea para este mes, que intentéis pensar qué es lo que para vosotros es el placer, ya sea una tarta, un pastel, un café, una cerveza o una copa de vino y que lo compartáis con nosotros y nos contéis el por qué. Y algo más, que intentéis hacer una receta de algo que os guste mucho y la compartáis con nosotros.



¡Qué tengáis un feliz lunes y una semana muy hyggelig!

Fuente: este post proviene de Pequeños Accidentes, donde puedes consultar el contenido original.
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