Hasta ahora se había desempeñado como subdirectora de la agencia, pero el presidente estadounidense la nombró como número uno en la CIA luego de mover al director Mike Pompeo al puesto de Secretario de Estado.
Los movimientos de Trump están sujetos a la aprobación del Senado, aunque es propable que no haya cambios dado que el Senado es en su mayoría republicano, el partido de Trump.
De cualquier forma, Gina Haspel tendría que testificar ante el Comité de Inteligencia y explicar su papel en las torturas a sospechosos de terrorismo.
De acuerdo con The New York Times, Haspel estuvo involucrada en torturas a detenidos cuando dirigía la primera prisión clandestina de la CIA en Tailandia. Era la época posterior al ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, cuando el presidente Gorge W. Bush desató una guerra en contra del terrorismo.
Se le acusó de destruir cintas en las que estaban registradas las torturas y brutales interrogatorios a los que fueron sometidos detenidos, quienes eran en su mayoría presuntos miembros de Al Qaeda.
Aunque la administración de Barak Obama intentó poner fin a este tipo de prácticas, la actual presidencia de Trump defiende este tipo de estrategias y Haspel es un elemento ad hoc con la actual línea.
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