Reflexión del jueves: de todo un poco
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal estáis? Espero que genial. Hoy es el día del post improvisado, así que a ver que sale. Y sin más rollo, empezamos.La verdad es que estoy poco inspirada, y no sé muy bien de qué hablar. Pero pensando, he llegado a la conclusión de que, a veces, la persona que nos acompaña hace que los demás nos vean de una forma u otra. Me explico.
Hace ya unos días tuve el funeral del mayor de mis tíos. Me dio mucha pena, pero era ya muy mayor así que lo asumí. Era un día laborable y tanto mi marido, commo mis hijos y hermana trabajaban a diferentes horas. Mis hijos fueron cuando pudieron y yo fui con mi marido unas cuantas horas, porque además de ser mi familia, casualmente uno de mis primos es muy amigo de mi marido desde que eran pequeños e iban al mismo cole. Pues cuando estaba con mi marido la gente me hablaba de cosas normales, de todo un poco.
Mi hermana salía de trabajar a media tarde, así que fui con ella a la misa funeral y estuvimos un par de horas en el tanatorio. Pues entonces éramos "las niñas", y nos trataban un poco como a niñas. Una señora dijo, textualmente: Mira las niñas que monas, tan cariñosas con su tía. Y otra, que nos conoce de siempre, le explicaba a la gente que las niñas siempre tenían palabras agradables para todos. Hasta mis primos, que unas horas antes me hablaban commo a una adulta e incluso me estuvieron explicando unos trámites que necesito, empezaron a hablarme de las cenas que nos hacía nuestra abuela, y de los abrazos que le dábamos al perro. Y mi tía pasó de estar caminando agarrada a mi brazo, buscando consuelo, a darme palmaditas commo si fuera yo la viuda. Mi prima mayor también lo captó, y decía que esa forma de hablarnos era por el inmenso cariño que nos tenía todo el mundo, y que además, como nos ven jóvenes para que falten nuestros padres... Yo creo que no es del todo así, con mi marido me vieron como una adulta, y con mi hermana imagino que recordaban el pasado, o nos vieron inmaduras, más lo de nuestros padres, no sé. Eso sí, mi prima tiene razón, nos tenemos un cariño enorme y siempre estamos para lo que sea. Nos apoyamos cuando pasa cualquier cosa y hemos compartido muchos momentos, algunos muy buenos. Y no es una cuestión de sangre, porque mi abuela por parte de mi madre (este tío era hermano de mi padre) no tenía ningún vínculo de sangre con estos primos y los adoraba, ellos el otro día recordaban algunos regalos que les hacía, o cuando nos íbamos todos a tomar helados. Le encanta ver lo bien que nos llevábamos y se alegraba de que sus nietas tuvieran primos que las quisieran. No hace falta compartir sangre para querer a alguien.
Estos días he estado muy despistada. Mi hijo a veces presenta eventos corales, y hace unos días presentó unos cuantos. Un día fue en una iglesia y el resto en otro lugar. Pues uno de los días fui a verlo sola, bueno, quedé en el sitio con mi suegra. Y yo iba empeñada en que era en la iglesia, como la vez anterior. Pues cuando, impaciente, le mando un mensaje me entero de que me había equivocado de edificio, y de sitio porque me puse en la cola del confesionario. Menos mal que empezaron con demora y lo vi.
A veces soy un caso y voy al lugar equivocado
Mi familia y amigos dicen que soy intensa. Yo creo que intensa no, pero a veces estoy algo inmadura, jejeje. Os dejo un whatsapp de mi hermana en el que parezco muy intensa, pero está justificado, estaba esperando por ella en el tanatorio.
Lo que tiene un gato es una captura que me envía mi hermana para que vea mi intensidad
Y a mi veterinaria, que es amiga, la acoso con bobadas, jajajaja. Pero claro, hay dudas que necesitan solución. En "Arma Letal" siempre se preguntan si al contar hasta 3 es 1, 2, 3 y ya, o 1,2 y a la de 3. Pues mi gatita tenía que tomar tratamiento cada dos días y a mí no me quedó claro, tenía una duda de ese estilo. Os adjunto el whastapp también.
Mi veterinaria es toda paciencia
Para ir terminando os diré que este mes se me ha esfumado. Ando bastante liada, pero no es por eso, yo creo que es mi percepción del tiempo. Vamos, la vejez. Los días se despeñan, da vértigo, por eso intento aprovechar. Cuando nos pasa algo malo parece que el tiempo no pasa, pero pasa. Ya lo creo que pasa.
Aunque tenga poco tiempo libre busco un instante para pararme y centrarme en lo importante. Para mirar alrededor y disfrutar. Puede ser de la inmensa luna que acompaña mis paseos. O del frío que a veces me recibe por la mañana. O del café de mi marido, la cervecita de antes de la cena o simplemente de ver una serie que me gusta. Esas cosas que tanto nombro por aquí, que son simples y normales, pero que me llenan.
Porque a veces las cosas no son fáciles, y cuando hay preocupaciones siempre digo lo mismo. No quiero quejarme. Tengo una casa, mejor o peor, que gustará más o menos, pero es mía. Nuestra. Y comemos y cenamos cada día, tenemos alimentos variados y que nos gustan. Y la finca para desconectar y coches para trasladarnos. Y gente que nos quiere. Y a mis animales. Pues no puedo pedir más. Obviamente hay mil cosas que puedo querer. Pero si miro hacia atrás veo que he disfrutado de los míos, que he viajado bastante y que he saboreado la vida, y espero seguir haciéndolo. Así que esos baches del día a día se superan.
Estoy hablando y en realidad no llego a ninguna parte, así que pararé. Empieza el día, quizás esté lleno de sorpresas. Sí. Seguro que sí. Y voy a saborearlas. Y voy a tomarme una cervecita antes de la cena. Y mandaré un whastapp a mis primos, y veré alguna serie antes de dormmir.
Y también me toca limpiar, que estoy haciendo una limpieza a fondo por partes y a ratos, como puedo. Y a cocinar, que hoy como papatines con potarrín, que me encanta. Y haré mmuchas otras cosas, algunas planeadas y otras que surgirán.
Muchas gracias por leerme y nos vemos el lunes. He dejado el resumen semanal y voy a hacerlo mensual, porque me falta tiempo.
Feliz jueves.