Dos películas distintas y estupendas con BSO de Ennio Morricone
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que fenomenal.Hoy es el día de la entrada variada. Ya sabéis que los lunes o martes hago entradas de todo tipo: un día es de libros, otro de pelis, de series,anécdotas, de turismo...siempre intentando que sean cosas distintas y no muy vistas.
Hace poco nos dejó el genial Ennio Morricone, al que esperaba conocer en octubre, pues había aceptado venir a recoger su premio Princesa de Asturias, aunque espero que venga el otro premiado, John Williams. Lo de Ennio no ha podido ser, pero no quería dejar de publicar algo de él, así que aprovecho para hacer un post homenaje, y sin más rollo, empezamos.
Todos conocemos la extensa obra de este maestro. En nuestra memoria están temas estupendos como los de "La Misión", "Agáchate Maldito"(he heredado de mis padres un vinilo con la BSO), "Los intocables de Eliot Ness", "Cinema Paradiso", "Kill Bill", "Malditos Bastardos" o "El bueno, el feo y el malo".
Tiene muchas y todas maravillosas. Yo quería hablar de dos y aunque las tentaciones de hablar de Tarantino son enormes(se nota que me encanta,¿verdad?), en especial Malditos Bastardos, que podría hacer varios post hablando de Hans Landa, me voy a contener y buscaré dos cintas un poco más originales y menos vistas.
Como siempre son pelis que he visto, y es mi opinión sincera y sin spoilers.
Frenético
Sé que esta no es poco conocida, podríamos decir que es conocidilla, pero no es de las más representativas de Ennio Morricone como las de Tarantino o Sergio Leone, por ejemplo, y creo que no es tan tan famosa como las de ellos.
A mi madre le gustaba mucho, y yo la he visto algunas veces, siempre con ella. Creo que sin ella no la vi nunca.
Esta película está dirigida por Roman Polansky. El argumento es sencillo, un poco de thriller de serie B, lo confieso, pero la cinta es de 1988 y entonces no estaba todo tan trillado como ahora.
El doctor Richard Walken(Harrison Ford) y su esposa Sondra(Betty Buckley) viajan a París porque él iba a asistir a una conferencia.
Entonces hay un cambio de maletas y ella desaparece.
El resto os lo podéis imaginar...el propio título lo indica. En este caso la música juega un papel muy importante porque aporta tensión y emoción. Ya os digo que en cierto modo es una cinta previsible, pero en su estreno tenía cierta originalidad, y que mi Indiana Jones favorito fuera el protagonista hizo que tuviese que ir al cine a verla. Y mi madre encantada, que Harrison Ford le gustaba mucho.
Para acabar diré que es una película entretenida, quizás un poco comercial, y que para una tarde de invierno está genial.
La leyenda del pianista en el océano
Empezamos a verla sin expectativas, la ponían en un canal de pago, y nos enganchamos.
En este caso el argumento es más original. Empieza de una forma muy bonita. Un trompetista acude a vender su trompeta. En la tienda pide permiso para tocar por última vez y al escuchar la canción que interpreta, el vendedor pone un viejo disco en el que suena esa misma melodía.
El trompetista, que por cierto se llamaba Max, y que está interpretado por Pruitt Taylor Vince, quiere conocer la historia del disco. El vendedor explica que lo encontró dentro de un piano, que estaba en un barco, y que por cierto, están desguazando. Y es en ese momento cuando en realidad empieza la historia.
En el siglo XIX Danny(Bill Nunn) es el maquinista del buque Virginian. Un día se encuentra un bebé encima de un piano, y aunque le llama Danny, como él, su apelativo cariñoso es Novecento, en honor al siglo XX. El niño crece en el barco, su mundo entero es la embarcación, con sus pasajeros, la tripulación y lo que puede ver desde la ventanilla. Va de Europa a América y a la inversa, sin pisar tierra jamás, y aprende todo de su padre adoptivo hasta que este fallece. Por cierto, quien interpreta a Novecento, de forma magistral, es Tim Roth,
Max, nuestro trompetista, conoce a Novecento cuando sube a bordo del barco con la banda musical y se hacen amigos porque algo les une: la música. Novecento es un virtuoso del piano.
A partir de ahí la historia avanza, tiene una trama bonita y profunda, pero no sigo contando porque me da miedo hacer spoiler.
Diré que uno de los grandes atractivos de la cinta es su director, Giuseppe Tornatore, que ya nos conquistó con "Cinema Paradiso". Yo creo que esta obra no tuvo demasiada repercusión, de hecho yo la vi de casualidad en la tele, y es una pena.
Es una película bonita, una historia diferente, tiene una música preciosa y unos personajes llenos de matices, con un Novecento que teme a lo que hay más allá de ese barco, le asusta esa desconocida tierra firme. ¿Qué se sentirá viviendo siempre encerrado, pero a la vez recorriendo el mundo? Es todo tan original.
Y me encanta el final. Al principio nos descubren que el barco se está desguazando, pero no sabemos más; ignoramos si Novecento vive, si ha muerto, si está en el barco, si ha triunfado como pianista... Creo que es el final más apropiado, el que la propia película va dictando y el círculo con el vendedor, con Max y Novecento queda cerrado.
Lo único un poco "malo" es el metraje, dura casi tres horas. Nosotros la vimos de noche y se hizo bastante tarde.
Y hasta aquí el post. Comparto dos películas muy diferentes, distinta temática y distintos directores pero ambas tienen un tesoro: Ennio Morricone.
Mil gracias por leerme y nos vemos el jueves para reflexionar.
Feliz semana.
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