Hola a todos y bienvenidos un día más. Esta semana se me ha pasado muy muy rápido, da miedo.
Hoy toca post improvisado. Aún no ha amanecido y la casa está silenciosa. En la calle tampoco se escucha ni un solo ruido así que aquí estoy yo, desafiando a la quietud de la amanecida con mi teclado. Y bien equipada con un café y unas galletitas, empezamos.
Antes de empezar quería decir respecto al post de ayer que casi todos los medicamentos qu etengo en el botiquín son para los pájaros y cobayas, los gatos los pobres solo toman el antiparasitos y el corticoide para el asmáico, que afortunadamente no ha usado más que dos veces. Os parecía mcuho pero va todo en una caja y es que los pájaros son muy delicaditos.
Ayer Piruli me decía que estaría bien que hablase en esta sección de las celebraciones de cumpleaños de mis hijos. A ver, tema para reflexionar no me parece que sea, pero sí que me ha apetecido recordar esa etapa, fue una buena época.
Yo soy de celebrarlo todo, ya lo he dicho mil veces, así que los cumples no podían ser menos.
En mi opinión es ideal celebrar los primeros cumpleaños en casa con la familia, porque los niños son muy pequeños y tampoco hace falta mucho más. En mi caso somos un montón, y por entonces aún más porque yo tenía abuelos y tíos, así que entre niños y mayores éramos unos treinta.
Aquí mis hijos y sobrinos mayores con mi suegra y la casa llena de trastos y juguetes, jejeje
Los tres primeros años eran cumples sencillos, con la casa un poco adornada con globos, una piñata que sacaba a mitad de la fiesta y cositas ricas para picar que disfrutaba preparando.
Recuerdo la ilusión que ponía en todo; en elegir el menú, en inflar los globos, en hacer invitaciones chulas...
Mis padres y suegros con los nietos mayores
Y esos días lo pasábamos genial en familia, riéndonos, jugando con los niños y aprovechando esos momentos de intensa felicidad que son tan breves. Soplar las velas era siempre una odisea, algún niño se escapaba, otro soplaba antes de tiempo, alguno no quería cantar...¡qué risa!
Aquí mis cuñadas, mi hermana, mi suegra, mi marido y los niños riéndonos un montón porque los que no salen en la foto estaban lanzando confeti como locos
Cuando los niños eran un poco mayores empecé a hacer los cumples en la finca porque así tenían espacio para jugar. Mi madre preparaba centros florales con las flores que había allí, y lo llenábamos todo de flores, farolillos y banderines.
Los cumples en la finca eran lo más
Llevábamos muchos cachivaches al arenero y varios balones, además de jugar con ellos al escondite, y mi hermana siempre preparaba yinkanas para buscar algún tesoro.
De esos cumples recuerdo con mucho cariño los momentos en los que empezaba a oscurecer y mis padres, mi tío y mis suegros nos contaban historias muy entretenidas, y luego mis cuñados contaban historias de miedo. AL final todos contábamos algo mientras tomábamos brochetas de fruta con chocolate y algún goloso repetía tarta.
Las patatitas, gominolas...no pueden faltar, ni los sandwiches de ensaladilla
Eran cumples en los que no gastaba demasiado porque en cualquier parque de bolas me habría costado todo mucho más caro. Yo me hacía un presupuesto y no me salía de él, y me divertía mucho preparándolo todo.
La tortilla, bollinos preñaos y el jamón o el queso también son imprescindibles
Luego los niños fueron creciendo y claro, sí que llegaron los parques de bolas, el cine, las hamburgueserías y todas esas cosas, de las que también guardo buen recuerdo pero eran mucho más estresantes, no había esa complicidad que yo tenía con la familia.
La zona de la merienda molaba pero lo mejor era jugar por el prado o en el arenero
El domingo tuve una comida familar y viendo fotos mis hijos decían que siempre se estaban riendo y se veían muy felices, y al oír esto me sentí muy bien porque yo creo que en el fondo, lo que todos los padres deseamos es que nuestros hijos sean inmensamente felices.
Respecto a mis cumples también guardo muy buenos recuerdos. El mío no lo recuerdo aunque tengo fotos muy chulas, y el primer cumple de mi hermana mi padre lo hizo especial comprando en secreto dos disfraces de enfermera y nos vistió de sorpresa. Mi madre estaba flipando, y luego lo celebramos con la familia directa, y guardo fotos y peli en super8.
Perdonad la calidad, las otras las tenía en el blog pero estas las hice y la luz es terrible
Recuerdo los cumples de mi infancia, eran en casa, con primos y primos segundos, y con algún amiguito; bebíamos casera cola, jugábamos a disfrazarnos, poníamos el Cinexin y el momento más esperado era el de la tarta, que mi madre las hacía riquísimas.
Tengo que pedirle a mi madre las del cumple de enfermeras, pero esta también disfrazadas me encanta
Al ir creciendo los hacía con amigos en merenderos, y eran geniales pero claro, estaban muy lejos de la inocencia de unos años antes. Eran cumples adolescentes.
Esto de los cumples daría para mil post porque creo que ahora son minibodas. Que a ver, los míos en número lo eran pero claro, no puedo invitar a unos cuñados si y a otro no, pero el menú siempre fue sencillo y era todo muy familar.
Ahora mis hijos lo celebran con amigos pero el día de su cumple, ese día exacto, lo celebramos en casa, volvemos a los orígenes, y lo hacemos con abuelos y mi hermana. El de mi hija ya ha pasado y fue algo muy sencillo, con comida vegana y vegetariana, y con unos regalos llenos de ilusión. Lo mejor es la foto con la tarta, que desde que eran muy pequeños sale mi gatito mayor, nunca ha faltado a su cita y este año, después del susto que nos dio pues lo achuchamos más que nunca, jejeje.
Y cambiando de tema es increíble la primavera que estamos teniendo, aunque aquí eso no es bueno, el cambio climático se huele a kilómetros.
El sol ha llegado para quedarse y nosotros en Asturias nos venimos arriba enseguida, así que cuando paseo por el Muro, o lo que es lo mismo, el paseo de la playa, veo a la gente corriendo, patinando, pealeando por el carril bici o bañándose.
Y en los parques, especialmente el de Los Pericones, hay mucha gente corriendo, jugando con los perros y paseando. Los señores que juegan a las cartas en las mesas de piedra han vuelto y en uno de mis rincones de la ciudad preferidos la partida de petanca marcha viento en popa. Yo quiero que gane una señora muy marchosa que siempre está con cara de felicidad.
El finde nos fuimos a la finca y parecía verano, era una gozada leer al sol con una cerveza y escuchando los pajarinos, viendo que a mi alrededor todo ha florecido y con muchas ganas de nuevos proyectos.
La verdad es que me he atascado, jejejeje, así que solo se me ocurre decir que hay que aprovechar cada momento, los cumpleaños y también como en Alicia en el País de las Maravillas, los No cumpleaños, las excursiones, los paseos e incluso los momentos en los que vemos un poco la tele, cualquier momento es especial si sabemos verlo.
El otro día un vecino le dijo a mi madre que hay días que son preciosos pero los días que son nublados o grises, los que presagian tristeza podemos iluminarlos nosotros y convertirlos en un día precioso. Y eso voy a intentar hacer hoy. En nada me voy a hacer unas pruebas médicas a mi hija, pero tengo planes chulos para la tarde, y muchas ganas de desconectar. Y hablando de desconectar me despido con el vídeo de la colaboración del coro de mis hijos el otro día en el concierto de Carlos Núñez, tuve que ponerlo en youtube porqu eno me permitía blogger ponerlo de otra forma.
En resumen: hay que ser feliz, disfrutar de cada momento, cumples y no cumples, y ya que la primavera ha llegado, pues a disfrutar.
P.D He tardado más en buscar y pixelar las fotos que en escribir el post, no son horas y me han salido oscuras y mal.
Bueno, mil gracias por leerme y nos vemos el sábado con el repaso semanal y algún especial.
Muy feliz jueves a todos.