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Carnaval


Carnaval; días felices

Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a viernes y se acerca un fin de semana muy especial, al menos en mi ciudad.

Llega el Carnaval, una época que me gusta especialmente, que me transporta en el tiempo, que me hace viajar a tardes de frío disfrazada con preciosos vestidos hechos por mi madre, a paseos entre globos brillantes de los personajes de moda y puestos donde se venden las cosas más cosas ricas, aunque mi preferido era y es la churrería, que olía a gloria y además, cuando era niña, mi hermana y yo estábamos largos minutos viendo como caían los churros al aceite hirviendo desde la churrera. Y lo ricos que estaban ,mmmmm.

Y como me siento inspirada y la semana pasada actualicé muy poco, quería hablar un poco del carnaval, para arrancar el finde con ganas. Y sin más rollo empezamos.


Así de chula luce la ciudad, solo faltan los globos, los churros y las cosas ricas.

Hace 5 años hice un post hablando del Carnaval,de mis recuerdos de infancia, de mis sensaciones y quería volver a hacerlo pero en la actualidad, que mi vida ha cambiado desde entonces, haremos como en los anuncios de antes y después, jejeje.

En mi ciudad el Carnaval o Antroxu es algo típico, pero en mi familia vamos aún más allá pues somos de celebrarlo incluso cuando no se celebraba. Yo nací en 1974 y hasta los 80 no estaba permitido celebrarlo pero mi madre, que tenía mucha ilusión, preparaba disfraces para mi hermana y para mí y hacíamos fiestas en casa con algunos familiares y amigos.


El carrusel espera impaciente a los niños disfrazados.

Cuando ya se empezó a celebrar y se convirtió en una fiesta muy divertida lo vivimos intensamente. Aunque los días grandes aquí son el lunes y el martes para nosotros toda esta vorágine empezaba el viernes, tal día como hoy, porque llevábamos los disfraces al cole y pasábamos una tarde especial con los compañeros, jugando, bebiendo chocolate y haciendo concursos. Durante muchos años los disfraces los hacía mi madre aunque comprábamos complementos como coronas, varitas mágicas o pamelas.

Y los siguientes días eran pura fiesta. Mi madre preparaba creps y torrijas, comíamos y cenábamos menú de Antroxu y disfrutábamos mucho preparando los disfraces, el confeti y planeando juegos para esos días.


Siempre nos gustó disfrazarnos, a veces iguales, otras distintas...

Mis padres también se disfrazaban, en este caso el día grande era el lunes por la noche, y después de la sesión de fotos para inmortalizar el momento nos íbamos con unos amigos de esos de siempre, de los que nunca fallan, al centro de la ciudad a bailar en la verbena, a reírnos con las ocurrencias tan ingeniosas que a veces tiene la gente y a disfrutar sin prisa.


Mis padres y nuestros amigos también se disfrazaban, y yo llevo madreñes en la foto de arriba.

El lunes de Carnaval, por la tarde, antes de la verbena, hay un enorme desfile con carrozas que en realidad es un concurso, y nunca dejo de sorprenderme, hay verdaderas obras de arte. Cuando era pequeña, como digo más arriba, era el día que salíamos por la noche, el momento más importante del Antroxu Gijonés, y recuerdo un año en el que quise ir con madreñes(un calzado típico asturiano) y acabé agotada, jejeje, y no me las podía quitar porque se llevan con zapatillas de estar en casa y había llovido así que estuve toda la noche con ellas, que pesan un montón y tienen tres tacones, ufffff.

Y después de bailar tocaba tomar algo en sitios chulos y divertidos donde nos daban huevos rellenos de confeti, nos dejaban elegir la música que sonaba de fondo y nos reíamos sin parar porque de eso se trataba, de disfrutar.


Fuimos de muchas cosas distintas.

El martes de Carnaval en mi ciudad celebramos el Entierro de la Sardina, que nos tomamos muy en serio pues la sardina tiene nombre, deja viudas y testamento y se le hace un velatorio.

Cuando termina el velatorio pasean por las calles el cuerpo en el ataúd, acompañan a la comitiva las viudas y todos los participantes del desfile del día anterior pero sin las carrozas, solo con disfraces.

Y ese día, siempre, pero siempre, hace mucho frío, aunque a nosotros no nos importa porque desde aquellos años tenemos un secreto infalible; vemos el cortejo fúnebre comiendo patatas fritas calentitas que apretamos muy fuerte para calentarnos las manos. La primera vez fue mi padre el que compró patatas para todos los niños y dado el éxito es algo que repetimos cada año.

Cuando paso por sitios donde me huele a frituras hechas en freidoras industriales recuerdo aquellos entierros de la sardinacon las viudas y plañideras “llorando” y nosotros comiendo patatas aplastadas(el frío era demasiado intenso y había que calentarse)tan tranquilos, sin sentir pena por la difunta sardina.

Con los años esos momentos familiares empezamos a pasarlos también con amigos ylos disfraces de princesa empezaron a ser disfraces “más adultos” pero seguimos comprando churros y patatas fritas y esos momentos sin padres pero llenos de amigos también eran muy agradables, y luego seguimos creciendo y además de los amigos llegaron los novios y con el tiempo, los hijos.


Algún año el Entierro de la sardina acabó en la playa, entre lanchas.

He dicho muchas veces que siento que la vida es cíclica, así que un día me vi comprando globos de los personajes de moda y patatas fritas para mis hijos mientras veían el Entierro de la sardina, y fui yo la que preparaba los disfraces bonitos, y fueron mis hijos los que, tras muchos años de risas en familia empezaron a ir con sus amigos, y yo a sentirme feliz porque podían vivir cosas que nosotros también habíamos vivido, cosas que llenan la vida de recuerdos, que hacen que al pasar por un sitio y sentir un aroma viajemos en el tiempo y lo disfrutemos, pero que a la vez nos sintamos felices por estar en el momento en el que estamos, en el hoy, en el ahora.

Hoy empieza el Carnaval en Gijóny todos estamos llenos de planes y de ganas de disfrutar, este fin de semana haré creps y torrijas(o picatostes y frixuelos en asturiano), sacaré fotos a mis hijos con sus disfraces, me reiré con las ocurrencias de los demás y quizás, solo quizás, si paso cerca de una churrería viajaré unos momentos al pasado para regresar enseguida y seguir disfrutando todo lo que tengo.

Muchísimas gracias por leerme y nos vemos mañana en el repaso semanal. Muy feliz fin de semana a todos.

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