Hola a todos!!!!! ¿Qué tal el finde? El mío ha sido bueno, los que me seguís en facebook habréis visto que fui al concierto de mis hijos, a Metrópoli a disfrutar del mundo Star Wars y tuve tiempo de playa y un poco de campo, así que genial.
Ya os dije el sábado en el resumen semanal que a partir de ahora voy a reducir las publicaciones, de momento solo durante el verano.
Además de los líos diarios y las carreras que siempre tenemos todos estoy intentando aprovechar todo lo posible el verano, y claro, me resulta difícil compaginarlo con el blog. El problema no son los post porque suelo hacerlos con tiempo, el problema es ver vuestros blogs, contestar comentarios, aprovecho para pedir perdón porque tengo un montón sin responder, los he leído y me encantan pero no tuve tiempo de contestar, y claro, también compartir(muchos compartís mis publicaciones y yo ni me entero, aniiis), vamos, que no llego y he pensado que si publico 3 días a ratitos puedo ir contestando ya que serán muchos menos comentarios, y además puedo ir leyendo vuestros blogs.
Mi idea es publicar los lunes, los miércoles y los jueves, ya que me encanta hacer los post reflexivos sobre la marcha y ya que madrugo, pues los seguiré haciendo.
Y son más rollo empezamos con el post de hoy.
Hoy quería hacer un post turístico por si alguno os acercáis a mi tierra.
Asturias está llena de pueblos marineros, pero yo creo que los tres que más me gustan y a los que más voy son Tazones, Cudillero y Candás, y es de este último del que os quería hablar.
Ya sabéis que mis post no son post turísticos al uso, por supuesto intento aportar datos interesantes pero mi idea es compartir mis recuerdos y sensaciones.
Candás forma parte de mi vida. Tengo familia allí, mi marido tiene familia allí y ambos pasamos una gran parte de nuestra vida en este encantador pueblecito.
Esta villa está a 13 Km del Cabo de Peñas(otro lugar al que voy mucho) y es uno de los puntos más septentrionales de la Península. Y está en el concejo de Carreño, del que os hablé para enseñaros estas dos joyas aquí.
Pero claro, no solo hablamos de un enclave increíble o de un pueblo encantador, hablamos de una parte de mí así que no sé ni por donde empezar a contaros cosas de este sitio.
Candás es para mí el pueblo de las calles empinadas, de los adoquines donde tiemblan los patines, es el lugar donde he pasado tardes de verano riéndome sin parar, es ese sitio dónde el sol se asoma y sonríe porque allí todo es bonito.
Candás es el sonido de la risa de mis hijos, es casi como esa marca en la pared que todos teníamos para medirnos porque de año en año hemos visto como crecíamos, primero yo y luego mis hijos. Empezamos comprando helados sin que nuestras cabecitas llegasen al mostrador y acabamos siendo más altos que las personas que nos vendían esos helados que sabían a gloria.
Pero voy a centrarme un poco en todo lo que podéis ver si lo visitáis. Por un lado me gustaría hablaros de sus parques. Nosotros solemos ir mucho a tres, al que hay en el apeadero del tren(tren emblemático que quieren quitar, por cierto).
Es un parque recogido y soleado donde pasé muchísimas tardes con mis hijos, nos encantaba parar después de ir a la playa, para acabar la tarde en un rincón tranquilito.
Por otro lado tenemos el Parque de Les Conserveres.
Este parque de niña no lo conocí como tal porque se inauguró en 1999, pero mis hijos lo saborearon a tope.
Por un lado tiene una zona infantil, pero lo bonito es que es un minijardín botánico, con una gran variedad de plantas. Está situado en pleno centro del pueblo y es una gozada pasear por él.
Es un sitio precioso que os recomiendo.
Y ahora llega mi favorito; el Parque de San Antonio. Este parque es tan tan tan bonito que me tiene enamorada.
Ya sabéis que siempre me ha dado por inventar tradiciones familiares, y aquí tenemos dos. Una es hacer la miniruta que tiene el parque con mis padres y mi hermana en agosto, y luego parar a cenar sardinas en el puerto.
Cuesta verlo con el contraluz pero hay una de las esculturas que dan magia al parque.
Y la otra es ir a hacer la ruta en otoño, o el fin de semana que cambian la hora o el siguiente, y esperar a que anochezca para ver el faro encendido y sentir ese ulular que tanto me gusta.
El faro es maravilloso.
Este parque bordea un promontorio que llaman La punta del Cuerno, y en la punta tenemos la Ermita de San Antonio, patrón de causas imposibles y de los amores, de hecho antiguamente las solteras le llevaban horquillas para encontrar pareja.
La zona es preciosa, las vistas impresionantes y está rodeado de esculturas maravillosas. Si os acercáis a la villina marinera que más me gusta os aconsejo que no os lo perdáis, y si ya podéis esperar a que enciendan el faro...
Si hablamos de cultura os recomiendo sin ninguna duda el Museo Antón, justo debajo del promontorio mencionado. La historia de Antón es muy muy triste, pero el testimonio que nos dejó es verdaderamente impagable. Si os gusta la buena escultura no os lo perdáis.
Cuando yo era pequeña había un dicho popular que hacía referencia a lo pequeñito que es el pueblo. Cuando le decías a alguien que ibas a pasear a Candás la respuesta era; claro, se va de la Baragaña al Muelle y del Muelle a la Baragaña.
Esto es gracioso y la gente se lo toma a broma, pero verdaderamente hay mucho más que eso. Pero ya puestos os explico.
La Baragaña es una plaza que está en el centro y tienen una heladería maravillosa, ir a Candás y no comprar un helado allí es un pecado.
Un helado aquí es casi casi obligación.
Además los sábados hay mercado y a veces hay cosas muy chulas.
Y el Muelle...el muelle es el puerto que me vio crecer. Bueno, en realidad vio crecer a mi padre y a mis tíos, a mi marido y sus hermanos, a mis hijos, a mis primos...está impregnado de la esencia de mi familia.
Estos aparejos en el muelle nos hablan casi de otra época.
He ido en invierno y en verano, en las fiestas y en días de semana... creo que lo he visto de todas las formas posibles.
Aunque con los años lo han modernizado sigue oliendo a puerto, ese olor a brea, cuerda y sal que va desapareciendo de muchos puertos pero aquí aún se percibe.
A día de hoy, cuando voy, me acerco a un rincón donde toman el sol unos gatitos, cierro los ojos y con ese olor que me invade me imagino a mí misma de pequeña, de la mano de mi padre mientras él me explica porqué el mar es azul, e incluso oigo mi risa mientras cenamos sardinas en alguno de los bares del puerto.
Aunque pedimos alguna cosa más las sardinas son las estrellas.
Las fiestas más importantes de Candás son El Cristo y La Sardina, y en mi familia no faltamos. Mi hermana y yo de pequeñas fuimos varias veces vestidas de Candasinas con un traje que nos hizo mi madre, y años después les hizo el traje a mis hijos y repetimos la tradición. Son trajes muy sencillos, de pescadores, y me encantan.
Aquí estamos mi hermana y yo con los trajes que nos hizo mi madre, los típicos de las pescadoras asturianas.
Candás recibe muchos nombres, de hecho cuando entras puedes ver un letrero que nos cuenta que es una Villa de Olímpicos.
Y estoy de acuerdo pero para mí Candás es un mural al aire libre, o más bien un museo de murales al aire libre.
Estos persanajes en Asturias son muy famosos; Pinón, Pinin y Telva.
Muchas veces recuerdo mis veranos de niña, en el coche, emocionada porque ya estaba a punto de llegar a la playa y contemplando atentamente como pintaban esos murales.
Estos en concreto son los que veía pintar desde el coche.
Cuando conocí a mi marido y empezamos a hablar de cosas que hacíamos de niños nos encantó ver que coincidíamos con esa contemplación llena de admiración hacia los murales. En ellos podemos ver personajes emblemáticos de la villa o escenas de la pesca y la Semana Santa, bastante desconocida pero realmente maravillosa.
Y claro, no podemos olvidarnos de las cosas de comer, que en mi familia somos todos de comer.
Por un lado están las sardinas. Yo he comido sardinas en muchos sitios de Asturias y de España, y todas me gustan pero las de Candás...ayyyyy. Cuando era pequeña me encantaba, iba con mis primos, con amigos, mis abuelos...nos lo pasábamos genial.
Y luego empecé a ir con mis hijos, mis padres y todo el que se quisiera apuntar, y son esos recuerdos geniales que me ayudan a tirar cuando me da el bajón.
Y como dulce, además de los helados os recomiendo las marañuelas. Esta misma semana yo me he puesto fina(ayyyyy, es que me ciego), y las mejores para mí son las de San Félix.
Mmmm, las mejores marañuelas del mundo.
Y hablando de San Félix, os recomiendo una visita a la iglesia, que además de la ermita tienen una iglesia preciosa, y seamos o no religiosos es impresionante, es del siglo X aunque la reconstruyeron después de la guerra, y tiene la imagen del Cristo, encontrado en el siglo XVI en aguas irlandesas por pescadores candasinos, y todo un emblema para los habitantes de la villa.
Y bueno, no puedo olvidar la Fuente de Santarrúa, cuyas aguas hacen a la gente aguda. Nos gusta mucho este sitio, pero especialmente preferimos ir en invierno cuando es de noche, algo tonto, lo sé, pero tiene mucho encanto y nos lo pasamos genial.
Es toda una tradición ir a esta fuente.
Nos encanta ir de noche, es una fuente preciosa.
Para ir a acabando, porque me ha salido un post demasiado largo, os diré que para que mi visita a Candás sea perfecta, cuando vamos en coche(en fiestas a veces vamos en Alsa o Tren para no tener rollos con el parking) nos encanta ir por un sitio menos habitual.
Desde el mirador vemos por un lado Perlora con su camping...
Lo hacía cuando era pequeña, le pedíamos a mi padre, si se hacía de noche, que nos llevara por ahí y nos contara historias de miedo, y claro, he traspasado la tradición a mis hijos.
Y además ahora en el alto de esa carretera han puesto un mirador y tiene unas vistas, ainnnns.
...y por el otro Candás con su playa, el muelle, el faro...
Por cierto, esta carretera alternativa es La Formiga, y el mirador está en el monte Fuxa.
Bueno, poco a poco nos vamos despidiendo de este pueblo que huele a mi infancia, que sabe a mar y a marañuelas, que tiene museos al aire libre y parques llenos de plantas, que tiene cuestas empinadas y un puerto que invita a soñar, y cuando os canséis de ir de la Baragaña al muelle y del muelle a la Baragaña os invito a cenar unas sardinas y a escanciar una sidrina en mi honor.
Muchísimas gracias por leerme y nos vemos el miércoles.
Y vosotros; ¿Conocéis Candás?¿Os gustan las villas marineras?¿Y el olor a puerto?
POR CIERTO, ESTOY DE SORTEO AQUÍ Y ES UN BUEN PREMIO, APUNTAOS QUE ME HARÍA MUY FELIZ.