Hola!!!!!¿Qué tal el finde? Espero que todo haya ido de maravilla y empecéis la semana con mucha fuerza.
Yo lo he tenido algo ajetreado con un familiar ingresado, pero empiezo la semana con fuerza y ánimo, que es lo importante.
Y precisamente para empezar con ganas traigo un post de turismo, hablo de un lugar muy presente en mi vida; la Campa Torres.
Y sin más rollo vamos al post.
Hablar de este lugar es difícil, porque no me gusta hablar exactamente del Parque arqueológico de la Campa Torres, que es lo que la mayoría de la gente conoce, para mí es mucho más que eso. A mí me gusta hablar de la Campa, a secas.
El Musel es un puerto no solo importante en Asturias sino a nivel europeo.
Este sitio es una amalgama de recuerdos, sensaciones e historia. 50000m2 de restos arqueológicos, caminos, prados y acantilados que guardan muchos secretos.
Mis padres iban allí a pasar el día cuando eran niños, y por entonces el castro que luego excavaron era tan solo una leyenda y se imaginaban mil y un historias. Eran años de picnics pobres pero llenos de cariño, de manteles de vichí y mujeres que pasaban horas preparando la comida.
Y mi infancia está llena de recuerdos en este lugar, mañanas caminando entre la maravillosa vegetación, saltando los espinos e intentando volar cometas... y aquellas tardes investigando mientras mi madre me contaba lo que sabía acerca de aquel lugar, me hablaba del castro, entonces muy desconocido, y de las leyendas de su infancia.
De camino, un poquito antes de llegar arriba, nos encontramos con estas amigas sus largas pestañas, son adorables.
Este lugar se ubica a 7 Km del centro de Gijón, el la zona Oeste y en realidad podríamos decir que se trata de una península.
Aquí habitaron diferentes tribus e incluso los romanos.
Su posición era magnífica para proporcionarles seguridad y muy buenas estrategias defensivas a los antiguos pobladores. Y sabemos que se dedicaban a la metalurgia, ganadería, agricultura, caza y pesca, vamos, que hacían de todo.
Podéis ver el yacimiento, el castro, las casas y el mar que lo enmarca, la situación era muy estratégica.
No quiero hacer un post lleno de datos que podéis encontrar fácilmente, ya sabéis que yo hago post más bien llenos de recuerdos, pero es importante saber que el yacimiento principal que aquí tenemos es el Oppidum Noega, un castro habitado por Cilúrnigos.
Y quien instó a excavar, por supuesto, fue nuestro Prócer Jovellanos, aunque el proyecto tardó muchos años en realizarse.
Ir a este lugar significa aunar el presente, el pasado y el futuro. Y no solo el de mi ciudad sino el mío; está lleno de recuerdos de mi infancia, de la de mis padres y de la de mis hijos.
Si nos asomamos y miramos a la derecha está El Musel, un lugar muy unido a mi familia, algún día lo explicaré.
El puerto es muy importante para mi familia.
Y si miramos a la izquierda veo la Playa de Peñamaría, de la que os hablé aquí y que me llena de recuerdos de mi infancia y de la de mis hijos.
Mis padres me contaban historias mientras me enseñaban esas playas a las que aún sigo yendo.
Muchas veces, cuando era pequeña nos poníamos en la estrecha carretera bordeada de bloques donde la gente se sienta y oteábamos el horizonte, y entonces, señalando y explicando todo lo que veíamos, mi padre nos contaba sus aventuras en la playa de "Aboño", hoy inexistente, y mi madre también nos contaba sus anécdotas en esa especie de marismas que solo los mayores conocieron.
Si nos remontamos a mi adolescencia recuerdo una excursión con el instituto a ver las excavaciones del castro, algunos incluso bajamos al pozo, solo los que no teníamos miedo a las ratas,jejeje.
Y claro, iba con mis amigos y les contaba lo que me habían enseñado mis padres y nos reíamos y divertíamos como solo los adolescentes pueden hacerlo.
El mar y las montañas de fondo dulcifican la dureza del puerto.
Además, cuando hace años supe que se iba a acercar Marte en una calurosa noche de agosto ahí me fui con mi familia y con mis padres a contemplar ese lucero rojo que apenas se deja ver.
Y si nos vamos a la parte cultural, por supuesto tenemos un museo en la zona de abajo y la verdad es que es muy interesante, lleno de restos arqueológicos hallados en las excavaciones así que si vais os recomiendo su visita.
Una de las cosas que más gustaba a mis hijos cuando eran pequeños era la réplica de las casas, una romana y otra prerromana; a mí la verdad es que no me entusiasman pero a ellos, que no sé que se imaginaban, les encantaba verlas.
En cambio a mí lo que más me gusta es el faro. Tengo verdadera devoción por los faros, de hecho de pequeña quería ser farera, algún día os enseñaré las fotos que he ido haciendo de faros.
El faro es precioso, nunca me cansa.
Este faro empezó a funcionar en 1924 pero en los años 80 la parte del edificio donde vivían los fareros dejó de ser útil por la mecanización de la bombilla, así que lo tenían en un estado bastante ruinoso.
Por suerte se ha rehabilitado y en la planta baja tenemos una exposición permanente maravillosa.
Desde el faro se ve la parte menos bonita pero imprescindible de la ciudad.
Desde allí podemos contemplar las aves de la zona, que son muchas y muy variadas.
Y en el mirador que tenemos en el exterior encontramos unos dibujos maravillosos que nos informan de las aves que podemos ver.
El mirador es totalmente recomendable.
Y algo que me tiene sorprendida es una vieja historia que no he logrado encontrar.
En una zona de difícil acceso siempre ha habido un par de cruces de hierro. Se supone que están en honor a unos niños que en los años 70 fueron a pescar y desaparecieron por culpa de un nefasto golpe de mar.
Las fotos que tengo del lugar están en el ordenador que está estropeado así que he intentado sacar alguna de Internet y no he encontrado ni fotos ni la historia, pero doy fe que es cierto, siempre estuvieron ahí y dan mucho respeto y mucha pena, los acantilados son impresionantes y pesar que se llevaron a unos niños...
Bueno, pues para ir acabando os diré que si tenéis la oportunidad de visitar mi ciudad no os podéis perder este sitio. El entorno es maravilloso, los restos arqueológicos de lo más interesantes y los acantilados realmente impresionantes.
Los acantilados son impresionantes.
Además el faro merece la pena, y si os interesa la industria, la vida económica de las ciudades o cualquier cosa relacionada con el puerto las vistas desde ahí son inmejorables.
Las vistas del puerto son impresionantes.
Cuando hace años trajeron la réplica de las Carabelas en las que viajó Colón, después de visitarlas por dentro (y pasar claustrofobia) fuimos a verlas partir desde ahí y es increíble ver como se hacen a la mar, no puedo describir esa panorámica.
Además, si vais en verano el aire nos regala un embriagador olor a manzanilla y el atardecer siempre nos brinda sus mejores rayos.
Y desde luego, cuando Marte vuelva a acercarse a la tierra no hay mejor sitio que ese para verlo, o para ver la lluvia de estrellas de agosto, las Perseidas, si pedís un deseo tal vez se cumpla.
Bueno, no quiero hacer el post eterno y ya sabéis que no trato de hacer un post turístico al uso porque de eso siempre se puede encontrar, solo quiero enseñaros sitios que me gustan, mostraros lugares donde pasaba tardes de mi infancia, rincones que me traen buenos recuerdos y compartir mis sensaciones.
Muchas gracias por leerme y nos vemos mañana.
Ya sabéis que ando liada con hospitales pero intentaré contestar a los comentarios.
Un beso enorme. Y vosotros; ¿Conocéis la Campa Torres? ¿Tenéis lugares de esos que son una tradición familiar impregnados de recuerdos?¿ os gustan los yacimientos arqueológicos?