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Una pareja de recién casados Vladimir y Larisa Savitskiy, de tan solo 20 años de edad, se encontraban de regreso de su luna de miel, todo era una historia de color rosa, de mil maravillas, y un futuro por construir.
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El 24 de agosto, la pareja abordó el vuelo 811 en el aeropuerto de Komsomolsk-on-Amur. A medida que el avión despegó, Larisa y Vladimir no podrían haber imaginado que estaban dejando atrás todos sus sueños.
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Pero con lo que no contaban, era que en pleno vuelo aparecio un avión militar Tu-16, que se estrelló en el avión que transportaba a 38 pasajeros. El avión militar entrante estaba viajando tan rápido que no hubo tiempo para que el otro avión pudiera reaccionar y cambiar su rumbo. La mayoría de los pasajeros murieron de inmediato en el impacto. Larisa recuerda: “En el momento del accidente perdimos inmediatamente el techo y los laterales. Hubo gritos,” “Mire a mi marido, y vio que estaba muerto. En ese momento, yo estaba seguro de que estaba a punto de morir así
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Al momento de la catástrofe, Larisa Savitskaya estaba dormida en su silla en la sección de la cola del avión. Como resultado del choque, acabó a un metro de su silla. Larisa cuenta que se “despertó de un impacto fuerte y un frío repentino. Al momento del impacto, perdimos el techo y las alas. Se oyeron gritos. Cuando volteé hacia mi esposo, vi que estaba muerto. En ese instante supe que yo también iba a morir. Me despedí de él y comencé a prepararme para la muerte “
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Larisa pasó dos días en el bosque siberiano, tratando de encontrar ayuda. A medida que pasaban las horas, sus esperanzas de ser salvada disminuían. Al 3er día fue encontrada por unos pescadores. Larisa dice: “Me di cuenta de que ya había una tumba hecha para mí por los familiares. Una lista ya había sido emitida con los nombres de todos los pasajeros del vuelo y sus parientes habían sido contactados por las autoridades “.
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En los periódicos hubo un gran silencio pues no escribieron para contar a tal terrible accidente. El hecho de que dos aviones se estrellaron estaba cubierto de inmediato por la policía secreta de la Unión Soviética. Los familiares de las víctimas recibieron la orden de guardar silencio, el derecho a recordar y honrar a sus seres queridos se les quitó. Cuando Larisa finalmente llegó a un hospital, su habitación estaba vigilada. Ni los parientes, los amigos no se les permitió visitarla, “Mi madre fue obligada a guardar silencio”, dijo Larisa. Sólo después de muchos años, fue contada con detalles aquella catástrofe.
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Larisa fue la única sobreviviente de aquella horrible tragedia, durante mucho tiempo tuvo que hacer frente a numerosas lesiones. Después del accidente, permaneció en el hospital seis semanas. Fue un trauma para todos los años posteriores.
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Unos años más tarde, Larisa dio a luz a un hijo, y fue capaz de empezar de nuevo su vida. El recuerdo de su difunto esposo la obligó a mirar hacia adelante. En cuanto a las fotos tomadas años después del accidente, es difícil creer que esta mujer en la flor de su vida, tuvo que pasar por semejante infierno.
Adaptado de: hefty
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