Muy buenos días a todos y bienvenidos un jueves más. Ya sabéis que el post de hoy lo hago sobre la marcha, he cogido la costumbre de reflexionar un poco a lo loco, sin repasar ni pensar demasiado, tan solo me lanzo a escribir mientras tomo un café con mi gato y aprovecho el silencio que me brinda el amanecer.
Últimamente los martes de noche me he enganchado a un programa que se llama A mi manera, que trata de cantantes pop españoles de los 80(excepto David de María) que versionan por turnos canciones de cada uno de los artistas participantes.A mí me resulta entretenido y lo veo aunque creo que ha terminado, ainnns.
Pues el otro día el cantante y compositor Manolo Tena dijo una frase que me ha quedado grabada; "actualmente se ha perdido el arte de la conversación".
Y es cierto. Yo soy la primera que valoro muchísimo las redes sociales y los Whatsapp, Telegram y cualquier modo de comunicación que nos permita estar en contacto con personas que tenemos lejos.
Ya en otro post reflexivo os hablé de lo que añoro escribir cartas(podéis leerlo aquí), y hoy vuelvo a marear con este tema.
No es raro ver grupos de gente joven sentados en un sitio, ya sea un bar, un banco del parque o lo que sea, y ninguno habla con otro, todos miran para abajo y teclean sin parar. Y eso ya no me mola nada.
A mí me encanta reunirme con amigos o familia y charlar de lo que sea, unas veces nos reímos con cosas pasadas, otras hacemos planes y otras simplemente hablamos una peli, un libro o aunque sea del tiempo, pero hablamos.
A mí me gusta que los fines de semana, si nos vamos de monte, de picnic o simplemente nos quedamos por la ciudad, el teléfono esté para recibir llamadas importantes y punto. No quiero estar comiendo la tortilla y que a mi alrededor la gente esté con el whatsapp. Y de momento en mi familia eso se ha logrado, no me importa que mis hijos de vez en cuando echen un vistazo al whatsapp por si alguien les avisa de algo o han cambiado algún plan, pero estamos a lo que estamos y los mayores igual, el teléfono se usa solo para fotos.
Si vamos por ejemplo a jugar nosotros al baloncesto pues dejamos los teléfonos en una mochila y si hacemos un descanso para merendar o beber miramos si hay llamadas perdidas y algún mensaje o whatsapp importante y vuelven a la mochila para seguir jugando, hablar o reírnos un poco.
Y en las reuniones familiares he de decir que nadie anda pendiente del móvil, cuando nos reunimos nos dedicamos a lo nuestro. Pero mis hijos se quejan que con algunos de sus amigos, además a los que ven menos y es con los que más apetece hablar, cuando por fin pueden reunirse están más tiempo pendientes del móvil que hablando, y es una pena porque se ven poco y no aprovechan ese tiempo.
A veces me gustaría que desde pequeños intentáramos enseñar a nuestros hijos a usar estas cosas de modo responsable, así cuando están con sus amigos están con sus amigos, y en otros momentos pueden hablar por Whatsapp todo lo que les de la gana, cada cosa a su tiempo.
Ya digo que valoro enormemente estos avances, ahora hablo con familiares con los que de otro modo me gastaría una fortuna en llamadas, y ven fotos actuales de mis hijos y yo de los suyos, y mantenemos una relación fluida, lo que me encanta.
O por ejemplo mi hija me dice que los niños con los que está en el voluntariado, los de estancia hospitalaria larga usan estas cosas para estar en contacto con sus compañeros del cole, pues son niños que están en aislamiento y esta es una forma de seguir "conectados al mundo" y lo veo genial.
En cambio hay otros niños que van por cosas simples y tienen móvil propio siendo muy pequeños, como con 8 años y eso no lo veo yo tan normal, a esas edades tienen que hacer otras cosas.
¿Por qué somos las personas tan extremistas? Con lo genial que es la tecnología y lo importantes que son los avances, ¿por qué no los usamos en su justa medida?
La verdad es que esta reflexión no aporta demasiado, creo que todos pensamos parecido, es genial tener todos estos medios pero hay que usarlos con moderación.
Y las relaciones humanas son maravillosas, no hay nada como una conversación con una persona de esas que escuchan y nos entienden, y en un momento de agobio nos pueden coger la mano o dar un abrazo, o en un momento gracioso podemos tener un ataque de risa todos a la vez.
Bueno, pues poco más puedo añadir, que me gustaría tener una vara de medir mágica para que todo el mundo usara las nuevas tecnologías pero también disfrutara de las conversaciones, para que se reunieran alrededor de algo rico de comer o de una sidra y contaran chistes, que no es lo mismo leerlos que oírlos, y para demostrarles que la playa se disfruta mucho más caminando por la orilla de la mano de tu pareja que mandando mensajes o leyendo los que nos mandan.
Venga, pues me despido porque estas divagaciones mañaneras mías no dan para más y se me ha hecho tarde, en realidad me he dormido porque llevo dos días malucha del estómago.
Muchas gracias por leerme y nos vemos mañana con otro tema distinto.
Y vosotros; ¿Estáis enganchados al móvil?¿Os gusta la conversación?¿Estáis en el término medio?
Hasta mañana!!!!!!!!!
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: