Hola a todos!!!!¿Qué tal el finde? Aquí el frío y la lluvia nos han acompañado, y pronto tendremos nieve en los alrededores, ainnns. Pero no hay nada que no se arregle con una buena peli y un chocolate calentito.
Hace tiempo que no hago ninguna entrada de turismo y ya que tenemos el puente de la Constitución a la vuelta de la esquina me ha apetecido hacer uno.
Ya sabéis que no hago un post al uso porque la información de los lugares la podéis encontrar sin dificultad, así que mis post os hablan de mis sensaciones, de mis recuerdos y de lo que me gusta de ese lugar,os hablo con el corazón.
Luanco es un pueblecito costero al que acudo desde que tengo uso de razón, tengo fotos en Luanco con pocos meses así que es parte de mi vida.
En Asturias hay muchos pueblos del estilo y los más famosos son Lastres, Cudillero y Candás, pero aunque no es tan conocido, o quizás por eso, a mí Luanco me encanta.
Yo creo que cualquier momento es bueno para ir a este sitio, pero mi instante preferido desde pequeña es el domingo por la mañana en otoño.
No hay nada que me guste tanto como ir por la mañana, aparcar el coche y pasear por el pueblo, por el paseo marítimo, por la playa, entrar a ver la iglesia y luego tomar algo en un bar del puerto o en una terraza.
Muchas veces acompañamos el vermut o lo que tomemos con unas tapas de parrocha o de calamares, mmmm.
Cuando mis hijos eran pequeños no podíamos acercarnos a una zona que hay cerca de la iglesia donde está una estatua con unas plañideras porque mi hija les tenía terror,jejejeje, pobre, la verdad es que dan cosa.
Estas son las plañideras que daban miedo a mi hija cuando era pequeña.
La iglesia es una maravilla, fue declarada monumento histórico artístico y al parecer hubo una disputa entre los habitantes del pueblo y los dueños del terreno donde está aunque no he investigado mucho, tengo que informarme bien de esta historia.
Ahhhh, y me enteré por Eva, de Opiniones Incorrectas, que en la puerta están las tarifas de los servicios que ofrece la iglesia.
No sé en que mundo vivo que nunca me he fijado.
El olor que tiene el pueblo en otoño es genial, huele a comida rica y a mar, a sal y a ocle, huele a villa marinera.
Algo que me gusta hacer de vez en cuando, cada cierto tiempo, es ir al Museo Marítimo.
Este museo tiene varias secciones y nunca defrauda. Por un lado tenemos la zona de biología, con peces y una tortuga, y hay esqueletos y mucha información realmente interesante.
La parte de carpintería de Ribera es muy bonita y se aprende un montón, podemos ver astilleros, bancos de trabajo y deja claro lo importante que fue Luanco para la construcción de los barcos.
En la zona de pesca tradicional vemos aparejos, embarcaciones y muchos útiles que usaban los pescadores de esta villa marinera.
Y en la parte de historia de la navegación tenemos de todo desde la época de los romanos hasta casi casi la actualidad.
Podemos encontrar cartas, manuales de navegación e incluso cosas del Titánic, que ya sabéis que de pequeña soñaba con encontrarlo(inocente que era una).
Y dejando ya aparte el museo debo añadir que Luanco es una villa para desconectar.
Esto no quería dejar de ponerlo, son grilletes para los pies de esclavos de una compañía holandesa, eso no puede volver a pasar.
A veces vamos al atardecer porque nos gusta pasear por el centro y contemplar la torre del reloj, y las casitas típicas. Es uno de esos sitios donde las calles huelen a comida a la hora de la cena, huelen a hogar.
Pero no solo tenemos cosas preciosas en el pueblo, en los alrededores nos encontramos playas espectaculares, de hecho os hablé de alguna de ellas aquí, o el área recreativa de Moniellos, donde pasé tantos y tantos días de mi infancia, cuando aún no era área recreativa.
Las playas de los alrededores son preciosas.
También podemos acercarnos a la playa de Bañugues y su cementerio medieval, o Cabo Peñas con su maravillosos faro, un lugar al que voy una vez, y otra, y otra y me sigo sorprendiendo al ver los acantilados.
Creo que este pueblo y sus alrededores me gusta tanto porque me recuerda momentos buenos de mi infancia con mis padres, con mis abuelos e incluso con mis tíos o los tíos de mi madre.
Y con el tiempo empecé a ir con mi marido y con mis hijos y se ha convertido en un lugar lleno de buenos recuerdos, y por cada calle que paseo, por cada rincón de ese paseo de la playa o cuando contemplo un atardecer veo impresa la huella de mi infancia y de la de mis hijos.
Bueno, que como siempre me ha quedado un post larguísimo pero aún así siento que no he dicho todo lo que siento por un lugar tan bonito y lleno de momentos felices, lleno de aromas que traen risas y de sueños que se han ido cumpliendo o que aguardan un momento mejor.
Venga, me estoy enrollando demasiado así que me voy pero mañana nos vemos de nuevo.
Y vosotros; ¿Tenéis lugares cargados de buenos recuerdos?¿Os gusta ir a los pueblos cercanos a vuestro lugar de residencia?¿Lleváis a vuestros hijos a los sitios donde erais felices de niños?
Hasta mañana!!!!!
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