Repaso por los mejores momentos que nos dejó octubre
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¡Qué rápido se ha pasado el finde! Aquí además hemos vivido unos cuantos sustos con el viento.Antes de empezar os quiero dar las gracias por rellenar la encuesta que dejé aquí, me está ayudando mucho a saber qué os gusta. Por cierto, esta sección es de las que más gustan. Si aún no la habéis hecho me encantaría que la hicierais. Es muy muy rápido y es anónima. Mil gracias, de verdad.
Hoy vengo con el repaso de los mejores momentos que nos dejó el mes. Mis lectores habituales ya sabéis que son fotos que representan buenos momentos del mes, no es imprescindible que sean bonitas, la idea es que me recuerden momentos imborrables. Además, están sin editar para guardar el momento tal cual, y están hechas por mí en el mes del que hablo en el post, en este caso octubre. Y sin más rollo, empezamos.
Octubre ha sido un poco montaña rusa. Hemos disfrutado mucho, nos hemos movido y hemos celebrado, pero también ha habido pérdidas y malas noticias. Quiero dejar aquí lo bueno así que empiezo con una mañana en la playa, justo después del amanecer.
Otros días nos fuimos de paseo por el bosque, a respirar ese aroma a pino, eucalipto y musgo.
La lluvia nos deja pequeños regalos llenos de color.
He recibido el abrazo del burrito más tierno.
Y he visto bonitos graffitis adornando la fachada.
Las nueces han estado muy presentes, saben a otoño.
También fuimos a las playas de la ciudad, dejando que el olor a sal me envolviese.
Una mañana de lluvia nos quedamos por el centro y no pude evitar una sonrisa al ver el contraste entre la iglesia y los modernos edificios.
El sol ha brillado una buena parte de este mes, y ha jugueteado entre las hojas.
También quedó tiempo para una escapada y pasar un buen rato en un atasco provocado por vacas.
Esta vieja iglesia ha estado en mi vida siempre, cada año, desde hace ya una eternidad.
Y esta fuente también, es uno de esos sitios que forma parte de mis recuerdos y los enriquece.
Los amaneceres han sido bonitos, muy bonitos, da igual donde estuviéramos, campo o ciudad, nos hemos dejado envolver por naranjas y rosados.
Los puentes nos han ayudado a cruzar ríos que a veces llegan cargados de incertidumbre. Es una suerte poder cruzar y llegar al otro lado.
Y los ratitos de descanso, con alguna ardilla traviesa observando este rincón que tanto nos gusta en casa, también han estado presentes.
Poder asistir a un encuentro con Meryl Streep y Antonio Banderas fue un lujo y un privilegio, a veces aún no me lo creo.
Una de esas tardes de chicas que tanto me gustan pude, por fin, sacar una foto a este mural. Es realmente bonito.
Los paseos por la mañana, bien temprano, por zonas verdes y frondosas, acompañados por el canto de los pájaros y alguna libélula traviesa, me parecen algo mágico.
Y volvimos a la playa, a sentir las cosquillitas de la espuma blanca en nuestros pies cuando las olas rompen en la orilla.
La luna ha estado muy presente, a veces por la noche.
Y otras veces por el día.
Las excursiones a veces se han visto envueltas por la niebla aunque, al final, siempre ha brillado el sol.
También llega el tiempo de las castañas, ese manjar que calienta as manos en los días más fríos.
El mes avanzaba y volví al lugar donde empezó todo, donde tengo a mucha familia repartida pro el concejo y donde siempre quiero y querré volver.
Y al asomarme a la ventana, un amanecer cualquiera, para hacer una foto a la luna y a esa estrella diminuta que se ve encima a a derecha, una traviesa gaviota se coló en la imagen.
Y el mes se fue, como esos pájaros que cruzan el cielo en bandadas, en forma de flecha. Se fue deprisa, sin mirar atrás, para dejar paso al mes del frío, de las ánimas y la luna llena.
Mil gracias a todos por leerme y nos vemos el miércoles con algún truco.
Muy feliz semana.