Lo mejor que nos dejó octubre
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el puente? Espero que genial. Yo aproveché para desconcetar. Llevo mal el tema de difuntos, y yo a los míos los recuerdo todos los días, así que fuimos a distintas playas, al campo, al río, de parques...Ha sido estupendo, y empiezo la semana con fuerza.Hoy vengo con los mejores momentos que nos dejó octubre. Siempre lo repito pero me gusta aclararlo: las fotos son todas del mes del que hablo, en este caso octubre, todas hechas por mí y sin editar para recordar el momento tal cual. Esta seccón me ayudó en los momentos malos y me alegra en los buenos. Y ahora, sin más rollo, empezamos.
Iniciamos el mes viendo amanecer en la playa, sintiendo como el naranja va invadiendo la oscuridad de la noche.
Y alternamos esos momentos de mar con instantes en el campo, entre los pinos.
Otros días preferimos pasar la tarde en un lavadero, viajando en el tiempo.
O descubriendo rincones perfectos para sentarnos a leer.
A veces viajamos hasta mi playa preferida en el mundo.
En el camino descubrimos escenas que nos llenan de paz.
Y caminamos sin prisa, deleitándonos.
Contemplamos viejos edificios que me han visto crecer.
Y comemos en ese pinar donde ya comía siendo una niña.
No todo va a ser ver el amanecer, el atardecer también es increíblemente hermoso.
La iglesia de la playa luce preciosa con los primeros rayos de sol.
¿Damos un paseo por el campo?
Siempre podemos hacer nuevos amigos.
O volvemos a la playa al amanecer, esta vez a una playa diferente.
Otros días realizamos la excursión tradicional de mi familia, para ver el escarabajo.
Y de nuevo volvemos a la playa al amanecer. Esta vez a otra diferente, con sus gaviotas mezclándose con la espuma del mar.
A veces hay pequeños sustos. Yo solo había visto medusas en el Mediterráneo, y no muy grandes si exceptuamos unas que vi en Malta que eran gigantes. Pues esta aún mayor, la más grande que he visto.
Pero no dejamos de ir a la playa, esta vez el avión y la gaviota rompían la nitidez que regalaba el cielo.
Y el surfista entraba en el agua guiado por los primeros rayos.
Por la tarde volvemos a la playa, a ver las cometas y parapentes.
A veces, el sol del amanecer es tan fuerte que es imposible hacer una buena foto.
¿Nos vamos por la noche a un lavadero lleno de magia?
Además, podemos ver las casitas iluminadas por a luna, y es es un privilegio.
A veces hay instantes tan perfectos, que da miedo pestañear y que todo se estropee.
Aunque, para perfección, la de este guaperas, que nos acompañó una mañana.
Y de nuevo los surfistas volvieron a dominar la playa.
Y yo me despido con la palabra más bonita del diccionario.
Y hasta aquí el post. Mil gracias por leerme y nos vemos el jueves para reflexionar.