Hola a todos y bienvenidos. Este post debería haber salido ayer pero he estado liada y aunque me gusta preparar los post con antelación excepto los del jueves, este de los mejores momentos del mes va poco a poco ya que voy recopilando fotos durante el mes, valga la redundancia, y claro, con mucha antelación no lo hago porque entonces no habría fotos. El jueves tuve un evento, el viernes una salida familiar y los dos días del finde mis hijos dieron conciertos con el coro(os dejé algo en facebook) y me recorrí media Asturias para verlos así que la verdad es que no pude prepararlo pero ya lo traigo y espero que os guste. Y sin más rollo empezamos.
Noviembre es un mes precioso, el otoño está en todo su esplendor y si salimos un poco de la ciudad podemos perdernos entre millones de tonalidades de ocres, rojizos y marrones.
Uno de los días decidimos ir a un lugar que me trae muchos recuerdos de infancia, que huele a otoño, a frío, a musgo y a leyendas.
Y pasamos una tarde realmente buena, de esas que surgen de repente y quedan grabadas para siempre. Si nos fijamos bien al fondo hay una familia de patitos que habita entre los juncos.
Y de aquí lo que más me gusta es ver el agua de la fuente, me hace creer en la magia de la fotografía que pude capturar ese chorro eterno que moja la piedra y encierra mil historias y secretos de lo que ha visto a lo largo de los años.
Pero este mes ha dado para mucho, para encuentros familiares en los que mi hermana me ha regalado porque sí, porque le apetece, cositas muy monas que me encantan porque soy una friki de Jane Austen(el colgante ya lo tenía).
Y algunos días nos fuimos a la finca de la familia a ver las manzanas, aunque quedan las peores porque las buenas han sido recogidas. Pero sean mejores o peores a mí siempre me saben a gloria y huelen...mmmmmm.
Algunas mañanas he paseado por la ciudad para ver los lugares de siempre con otros colores, esos árboles que en verano nos regalan sombra ahora pintan el cielo de otro color.
Y alfombran el paseo de hojas secas que crujen cuando las pisamos.
También hemos podido hacer pequeñas escapadas a lugares que nos encantan y del que ya os hablé aquí, sitios que ayudan a desconectar.
Además nos fuimos en familia a estrenar una cámara de fotos y nos dedicamos a reírnos bajo la lluvia.
Y nos imaginamos mil historias durante el regreso a casa.
Cada año saco fotos a este árbol en otoño, me tiene enamorada, hace un par de años os lo mostré aquí y hoy vuelve con mucha fuerza.
Otro día nos fuimos a ver una capilla chiquitita que nos encanta y donde mis hijos, de pequeños, decían que se celebraban las bodas de los hobbits.
Y aparcamos el coche y nos perdimos entre el verde y la bruma para volver renovados.
Además participé en un certamen literario y tuve la suerte de ganar un premio. Salgo fatal porque no podían subir más el micro y estoy medio agachada con las rodillas flexionadas y me veo como muy ancha, pero da igual porque nos lo pasamos genial ya que participó también mi madre y luego nos fuimos con amigas hasta las tantas.
Y realmente aquí se acaba el mes, también he pintado un poco la casa, he visto pelis chulas, he tenido comidas y cenas y algún que otro apurón pero en resumen ha sido un gran mes, estoy muy contenta y afronto diciembre con mucha ilusión.
Si os apetece ver mis I´m currently loving de noviembre de 2014, 2015 y 2016 podéis hacerlo aquí, aquí y aquí.
Mil gracias por leerme y nos vemos el jueves, aunque mañana fiesta intentaré rescatar algún truco para no dejar el blog muy muerto.
¡¡¡¡¡Feliz martes a todos!!!!
Fuente: este post proviene de Pequeños trucos para sobrevivir a la crisis , donde puedes consultar el contenido original.
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