Los mejores momentos de enero 2022
Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a 31 de enero, así que como es habitual desde hace algo más de 7 años, toca repasar los mejores momentos del mes, y la verdad es que me he asustado. ¡Si hace dos días estaba con el repaso de enero 2018! El tiempo vuela, y este último mes se me ha esfumado. Pues nada, sin más rollo, empezamos.Iniciamos el mes paseando por pueblecitos marineros que estaban preciosos, y olían a esa amalgama de aromas que me hace viajar en el tiempo: a cuerda, a sal y a pescado frito.
Y claro, una Navidad sin Belén y sin árbol...En este caso el árbol está hecho con nansas marineras y el Belén está en una lancha y es una monada.
Y a la vuelta no pude resistirme y quise guardar un recuerdo del viejo molino.
Algunos días salimos temprano y el cielo nos brindó todas las gamas de rojo.
A veces la temperatura era estupenda, y disfrutamos mucho.
Otros días nos fuimos a pasear a mi parque preferido, para contemplar a los cisnes y los patos.
La luna ha estado presente día y noche, se resistía a irse.
Y llegó el frío, y con él los campos helados. Es lo que aquí llamamos una xelaína guapa.
Esos días no apetecía hacer picnics ni sentarse a jugar a las cartas.
Pero al parecer no llegó para quedarse, y pudimos merendar viendo la puesta de sol.
Hace muchos años que descubrí esta diminuta casa, rodeada de casas grandes y edificios. Es preciosa y muy inspiradora.
Algunos días la lluvia pintó de gris los paseos, pero ya sabéis que adoro pasear bajo un paraguas.
Pero regresó el sol y de nuevo pasamos la mañana con la mejor compañía.
Y charlamos contemplando el atardecer desde mi rincón favorito.
Hace ya mucho que descubrí el lugar en el que el kiosquero guarda los periódicos, y me parece precioso.
Y volvió el frío, y con el las hojas heladas que lanzaban destellos plateados.
Pero nada es para siempre y las mañanas han vuelto a ser luminosas.
Y las prímulas nos dicen que la primavera no está tan lejos como nos parece.
Algunos días nos escapamos a esas playas que en verano están llenas de vida y en invierno acogen a los que buscamos paz y relax.
Y descubrimos rincones llenos de encanto que, sumidos en el abandono, esperan ansiosos el regreso del verano para volver a lucir sus mejores galas.
El monte no puede faltar para llenar nuestros pulmones con el olor el eucalipto y alejar así los catarros.
Y volvemos a la playa, para guardar pequeños tesoros que quiere regalarmos.
Y para encontrar cuadros en los lugares más sorprendentes. ¿Quién lo habrá pintado? ¿Por qué lo ha dejado en un solitario merendero de playa? Es un cuadro bonito que no merece dormir a la intemperie y rodeado de basura.
Y hasta aquí mi mes de enero. Esta vez hemos estado casi medio mes confinados (desde el contacto,porque tuvimos que solicitar la pcr y tardaba unos días, más esperar resultados y semana de confinamiento) así que no hemos ido a la nieve como casi todos los años, ni a algunas excursiones, ni a conciertos...La verdad es que hemos salido menos, pero no ha estado mal.
Mil gracias por leerme y ahora a por febrero, mi mes del pánico.
Muy feliz semana a todos.