Un nudo me recorre la garganta, vueltas, vueltas y más vueltas…La habitación de motel no pasara de los cinco metros cuadrados y yo llevare andando tres kilómetros, voy al baño que está a dos baldosas del salón abro el grifo del lavabo, me mojo la cara compulsivamente, cierro, me seco la cara, salgo de un salto y otra vez a andar.
El maldito teléfono empieza a sonar, pero no lo pienso coger, si he venido aquí es para que no me encuentren. Me quedan dos horas aún antes de coger el tren, ya tengo las maletas preparadas, las traje hechas de casa, voy a comer algo antes de salir, una ducha e intentare relajarme, pero lo veo complicado.
Otra vez me suena el teléfono, es una amiga la que llama, paso, no lo cojo, mi decisión está tomada, lejos, sin amigos, sin mi trabajo, sin nada que tenga que ver conmigo, he decidido empezar en otro lugar con otra vida, y más aún después de lo aquella noche. Me está empezando a arder el estómago, la cabeza va a reventar, estoy temblando y me está entrando un hambre increíble, me pica la herida, pero ya está cicatrizada, muy pronto a mi parecer, ¿sólo pasaron tres días y ya está curada?, bueno no sé, otra vez me suena el teléfono, - ¡vah, lo tiro al wáter!-.
Me vienen flashes de esa noche, en el bar, alcohol, risas, lo de siempre, luego iba andando hasta casa y recuerdo que algo me empujo desde un callejón, luego me arrastró hacia él, me desmayé y desperté en el suelo con una herida terrible.
Ya me queda menos para salir de aquí, voy a abrir las cortinas para que entre un poco de claridad, la habitación está en penumbra y me estoy agobiando más, -¡¡Joder!!- la luz ha golpeado mi cara, no puedo abrir los ojos con facilidad, corro y cierro las cortinas, sigue doliéndome el estómago, cada vez más, será de hambre, así que saque un bocadillo que traje en el bolso y empiezo a comer, - ¡Buagg!...que asco, meto la cabeza en el wáter y empiezo a vomitar hasta el punto de que parecía que mi boca tirara de mis pies, no sé que me pasa pero cada vez estoy peor. Me quedo bastante rato sentada en el wáter con la cabeza mirando al suelo, a ver si se me pasa el asco, y el dolor de estomago, algo asoma debajo de la toalla que está en el suelo, lo miro fijamente y al alzar la mano, sale corriendo pero lo atrapo, es una rata, -Que sitio más cutre- , mi manos empezaron a temblar, mis ojos ardían, mi estómago daba saltos dentro de mí, no sé que me pasa, pero empiezo a dar vueltas por toda la habitación con la rata en la mano, la miro y me encuentro peor, una sensación extraña está llenando mi cuerpo y no puedo controlarla, de pronto le doy un bocado y noto un sabor a hierro en al boca, que asco ,pero no puedo parar, es más, no tengo ganas de vomitar como me ocurrió con el bocadillo, me empiezo a encontrar mejor, la eh dejado seca, acabo de cometer la estupidez más grande de mi vida, he bebido sangre de una pestilente rata de motel, y para colmo he sentido un placer similar al de un orgasmo.
Llaman a la puerta, es el servicio de habitaciones, abro, una señora entra a recoger las toallas sucias, y ve la rata, le digo que la tuve que matar y ella la coge y tira a su carro donde cuelga una bolsa de basura de gran tamaño. Mientras la observaba hacer su trabajo, no tenía nada mejor que hacer, otra vez la sensación extraña en el estomago, el hambre y la boca no deja de supurar saliva, de un salto me subo encima de la pobre señora y le muerdo el cuello, tragando borbotones de sangre que de su vena salía. Me cae por la comisura de la boca hasta el cuello, mientras noto el gozo de la saciedad, me doy cuenta de que ya no me picaba a la herida, que me encontraba como una chica de quince años, llena de energía. Me dirijo al baño y antes de abrir el grifo para limpiar la sangre de mi cara, me miro al espejo y veo algo raro, mi cara estaba rara, mi piel estaba tersa, mis ojos se habían aclarado, me quito la ropa y mi cuerpo era perfecto, todo en su sitio, todo como nuevo. Esto es una locura, es producto de mi imaginación, no puede estar pasando. Oigo voces en mi cabeza y de pronto miro hacía la cama y allí está sentado, el hombre del callejón, como entró no lo sé, peor allí estaba. Me ha explicado lo de aquella noche, yo me he sentido mientras me hablaba atraída por su voz y su rostro, no lo conozco de nada, no sé como me ha encontrado, pero yo siento pertenecerle de algún modo hasta que él mismo me lo explica, me ha mordido, me ha hecho suya, y ahora soy yo quién debe acompañarlo en sus viajes y cazas. Me ha elegido como compañera, ahora yo soy como él, debo atraer victimas para alimentarnos y sobrevivir a la sed, somos dos bellos seres atrapados en la oscuridad, vaciando cuerpos de sangre.
-¡Ahora lo entiendo!...
Desde este momento mi vida anterior queda en el recuerdo y comienza mi nueva etapa