Esa filosofía ha hecho que viajar, al menos por territorio europeo, pueda salirnos por dos duros. Ahora bien, una vez aterrizados en nuestro destino, ¿cuánto nos cuesta alojarnos? Vale, existen soluciones muy económicas como los ‘hostels' o los albergues juveniles, pero a costa de perder intimidad y comodidades.
Por ello, iniciativas como la que propone la empresa de Malasia Tune Hotels quizá nos abran todavía más las ganas de movernos y saciar nuestras ansias de conocer mundo sin necesidad de tener que temer por lo que nos podamos gastar. Concretamente, la compañía hotelera ha decidido hacer suyo el lema lowcost, y cobrar unos precios mínimos que se irán incrementando dependiendo de los extras que queramos.
¿Y cuáles son los extras en un hotel? Pues, obviamente, siempre podemos llevarnos nuestras toallas, no necesitar que nos limpien a diario, pagar por el wifi si realmente lo necesitamos o porque nos guarden las maletas, abonar el desayuno si es que no queremos buscar un bar por la ciudad que visitemos...
Además, como ya ocurre con los aviones lowcost, si se hace la reserva con bastante antelación, los precios serán todavía más económicos, habiendo tarifas y ofertas dependiendo de las fechas.
Sin duda alguna, no serán los mejores hoteles del mundo en cuanto a comodidades, pero, ¿quién dice ahora que no tiene dinero para viajar? En Londres ya se han instalado, y esperemos que esta idea siga rodando para quienes no necesitamos muchos lujos para descubrir y comernos el mundo.
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