Una vez aceptados estos hechos en lo que a forma se refiere, si analizamos lo que nos están contando quizás sí que tantos minutos pasen factura, ya que una vez presentados los personajes y el pérfido pueblo donde habitan, se suceden unos capítulos centrales en los que la historia no acaba de avanzar, recreándose en exceso en el apartado visual mediante un montaje que puede descolocar al espectador. Por suerte todo acaba cobrando sentido y comprobaremos que no estábamos tan perdidos, aunque después de ocho intensos y truculentos episodios tendremos que centrar toda nuestra atención en los segundos finales del último, para acabar entendiendo qué ha pasado realmente, y hasta será necesario revisar fotograma a fotograma lo que nos muestran para asegurarnos.
Mi puntuación: 7/10