Golfo de Guinea: la lucha contra los grupos delictivos en el Delta del Níger es clave para derrotar la piratería

En diferentes informes se han destacado recientemente los problemas de seguridad en el Golfo de Guinea. Uno fue publicado por la Oficina Marítima Internacional, otro por el centro Mica de la Armada Francesa y otro por la Administración Marítima de los Estados Unidos.

Estos informes se presentan en un contexto de ataques piratas contra buques mercantes en el África occidental, en particular en el Golfo de Guinea, entre Côte d$0027Ivoire y el Gabón. También han dado lugar a titulares muy llamativos sobre un “aumento de la piratería” o incluso “olas de terror”.

En 2019, los secuestros de marinos en el Golfo de Guinea alcanzaron un número sin precedentes. Se registraron ataques contra buques mercantes frente a Togo, Benin, Nigeria, Camerún y Guinea Ecuatorial. La zona suele describirse como “los mares más peligrosos del mundo”.

La piratería es una amenaza importante para las compañías navieras que operan en la región. Las organizaciones del sector han señalado que es necesario adoptar medidas urgentes y que la gente de mar no debería estar “expuesta a peligros tan atroces”.

El costo humano es significativo y los rehenes no son las únicas víctimas. Los representantes de los sindicatos de marinos han señalado que sus miembros corren un riesgo considerable por el mero hecho de hacer su trabajo, e incluso las tripulaciones de los buques que sólo están en tránsito están al límite.

Sobre la base de un análisis exhaustivo de las pautas de los ataques y las actividades marítimas generales en la región, estoy convencido de que será imposible que las armadas y otros organismos de seguridad mejoren la seguridad marítima mientras no se aborden las causas fundamentales. Muchos incidentes de seguridad en el mar, y en particular los secuestros de gente de mar, son simplemente una extensión de los problemas en tierra.

En el centro del problema están las actividades de los grupos delictivos con sede en el Delta del Níger, donde los secuestros en tierra firme son desde hace mucho tiempo un problema de seguridad. A menos que se resuelvan los enormes problemas de seguridad en el Delta, no se hará ningún progreso significativo en el mar.

Los números

Más allá de los titulares que llaman la atención, no hay consenso sobre las cifras. Ni siquiera los informes mencionados anteriormente incluyen las mismas cifras. Eso importa porque las compañías de transporte toman decisiones comerciales basadas en estadísticas oficiales, y los presupuestos de las agencias de seguridad se asignan dependiendo del alcance y la escala del problema.

Por ejemplo, la Oficina Marítima Internacional informó de que 121 marinos fueron tomados como rehenes durante los ataques en el Golfo de Guinea en 2019. Esto representaba más del 90% de los secuestros en el mar registrados por el centro.

Al mismo tiempo, la organización sólo informó de 64 ataques en el Golfo de Guinea el año pasado. Esto supuso un descenso del 19% en comparación con 2018.

La Administración Marítima de los Estados Unidos puso de relieve una tendencia similar en un aviso reciente, aunque las cifras generales son mucho más elevadas. Informó que hubo 129 ataques en 2019 después de 145 ataques en 2018, lo que representa una disminución del 11%.

El centro Mica de la Armada francesa, por otra parte, informó de un aumento del 20% en los ataques contra buques en todo el Golfo de Guinea entre 2018 y 2019 (de 90 a 111 incidentes).

En general, los números difieren debido a las normas de información y las categorizaciones no son comparables. Eventos similares a menudo se clasifican de diferentes maneras. Por ejemplo, la IMB registró cuatro buques secuestrados en 2019, la Administración Marítima de los Estados Unidos señaló seis, y el centro MICA clasificó 26 incidentes como secuestros.

Las estadísticas anuales se complican aún más por el aumento de la conciencia. Incidentes que no se habrían notificado hace unos años se incluyen ahora en los datos de dominio público, aunque puedan estar vinculados a otras actividades delictivas en el mar.

Durante mi propia investigación, me he encontrado con muchos casos en los que esas actividades estaban vinculadas a incidentes descritos en términos generales como “ataques piratas”, sin un análisis detallado de las circunstancias individuales.

Esas diferencias subrayan que las estadísticas anuales no son necesariamente un instrumento valioso para comprender las cuestiones en el Golfo de Guinea. Más bien, los organismos de seguridad deben adquirir una amplia comprensión de todos los problemas de seguridad marítima. Sobre la base de esos conocimientos, es posible realizar un análisis transparente de los incidentes, que proporcione los antecedentes necesarios para las decisiones comerciales o las operaciones de aplicación de la ley.

Extensión de un problema de tierra

Los ataques en el mar suelen ser realizados por grupos delictivos con base en el Delta del Níger. En toda la región hay un amplio suministro de soldados de a pie y campamentos en lugares remotos en los que se puede mantener a los rehenes durante las negociaciones, lo que constituye un requisito previo para un modelo de negocio lucrativo.

Los ataques violentos afectaron a varios países en 2019. Estos están casi exclusivamente vinculados a los perpetradores nigerianos.

Es importante destacar el vínculo directo con Nigeria. Por un lado, los países vecinos no pueden resolver el problema a menos que mejore la seguridad en tierra en el Delta del Níger. Por otro lado, los picos de ataques son posibles en cualquier momento. En el caso de los operadores de buques mercantes, el nivel de amenaza puede cambiar en semanas, dependiendo de factores como las condiciones meteorológicas, los cambios en las pautas de tráfico o las operaciones navales, así como de la situación general en tierra en determinadas zonas del Delta del Níger.

Además, la inseguridad en el mar es un problema general para los gobiernos regionales. Los ataques de los piratas pueden ser particularmente visibles. Pero otras preocupaciones, como el contrabando de combustible, la pesca ilegal o los envíos no regulados de productos farmacéuticos como el Tramadol, suelen ser más apremiantes para los organismos gubernamentales.

Soluciones

La región del África occidental y central ha hecho importantes progresos en la lucha contra todo tipo de actividades ilícitas en el mar. En el Código de Conducta de Yaundé, aprobado en 2013 y destinado a mejorar la seguridad marítima en el África occidental y central, se mencionan diversos tipos de cuestiones relativas a la seguridad marítima.

Sin embargo, los recursos humanos y financieros son escasos y en general se considera que la seguridad marítima es menos importante que los problemas de seguridad en tierra que afectan directamente a las poblaciones nacionales.

Pero la inseguridad en el mar tiene un impacto económico importante al perjudicar las actividades relacionadas con el medio ambiente marítimo. Por lo tanto, los planes de negocios marítimos deben incluir gastos relacionados con la seguridad para las marinas, los guardacostas y otros organismos gubernamentales. Estos gastos son necesarios para maximizar el potencial del entorno marítimo. Esto, a su vez, demostraría que una mejor seguridad marítima tiene beneficios directos para el crecimiento económico y el desarrollo.

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