Para la mayoría de los humanos la felicidad es sinónimo de amor, y tienen razón. Solo que si esperan ser amados, nunca serán verdaderamente felices porque cuentan con cosas demasiado inciertas. En un momento u otro, serán amados, pero no sabrán lo que puede ocurrir en el momento siguiente. No se puede pues contar con el amor de los demás. Si llega, hay que darle la bienvenida, pero es mejor no poner todas las esperanzas en él. Creedme: si queréis ser felices, no pidáis ser amados. Amad vosotros. Amad día y noche. Quizás un día recibiréis un amor formidable, ¿por qué no? esto puedo ocurrir. Pero no lo esperéis. He aquí, si sois sabios, cómo resolveréis este problema: contad solo con vuestro amor. Amaréis y seréis felices, ¡felices y libres!
Omraam Mikhaël Aïvanhov