Esas pequeñas cosas que hacen la vida especial.
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? El mío bien, tranquilito, con algún paseo y poco más.
Hoy vengo con uno de esos post que publico cada cierto tiempo y que me encanta, hablo de esas pequeñas cosas que hacen la vida especial.
Os pongo el enlace del último aquí y ahí ya hay enlaces a los anteriores, por si os apetece echar un ojito.
Y sin más rollo empezamos.
Algunas puede que estén repetidas porque no suelo releer mis post, y añado que intento buscar cosas originales que pasear a la orilla del mar o leer un buen libro nos gusta a todos, me refiero a cosas un pelín distintas, y las pongo de otoño, para hacer juego con la estación.
-Me encanta salir a caminar tarde cuando han cambiado la hora y que se haga de noche en la calle, que huela a humo y a frío y ver los escaparates iluminados, las cafeterías llenas de vida y los puestos de castañas guiándome con su tentador aroma. Y al llegar a casa tener la cena hecha, cosas ricas y calentitas.
- Y hablando de castañas me encanta ir en familia a cogerlas, nosotros tenemos tres o cuatro sitios que ya son tradición familiar, que huelen a bosque y a musgo. A veces cogemos muchas y otras pocas pero nos lo pasamos genial, y las comemos con sidra dulce, muy tradicional de aquí. Hasta hace dos años la hacía mi suegro pero ahora está mayor y la compro en una frutería que la tiene riquísima.
Ayyyy la foto sale movida pero había un montón
Y aquí lo recolectado, bueno una parte. Y el recipiente es de lo más original, si queréis ver como lo hice os lo cuento aquí.
-Adoro los picnics de invierno. Cuando mis hijos eran pequeños hacíamos muchos, a veces eran con la comida del mediodía y otras con la merienda, con un termo de café y otro de cacao, con galletas y bizcocho, el mantel, la mantita de cuadros y muchos juegos. A día de hoy los hacemos de vez en cuando y los disfrutamos mucho.
-Pasear por la ciudad un domingo por la mañana con lluvia me encanta, y más si compramos algo rico y nos lo comemos a la vuelta, enseguida habrá huesos de santo, por ejemplo.
Este domingo lluvioso nos lo pasamos genial.
-A veces mi madre y yo vamos a buscar a mi hermana al trabajo y volvemos andando, no está ni lejos ni cerca(entre ida y vuelta 5km) pero nos gusta mucho y lo mejor es ir viendo el cambio de estación. Este verano salía cuando era totalmente de día y volvíamos comiendo un helado, y veíamos la puesta de sol ya más cerca de casa, sobre el mar. Luego cada vez anochecía antes y la última vez que fuimos ya era de noche cuando llegamos, y volvimos tomando un café por la calle, todo muy newyorkino, me encanta.
-Me gusta mucho salir de la ciudad y ver los colores del otoño pintando los bosques(este año con los incendios no es lo mismo), hay una explosión de color increíble; ocre, rojo, amarillo, marrón...y las casas y los pueblos también se visten de invierno, tienen otra luz.
-Los escaparates de otoño son muy elegantes y me gusta mirarlos, y no solo los de ropa, incluso los de cosas de casa o regalo se vuelven de lo más elegante. Y redescubrir rincones de la ciudad también me gusta, a veces lo veo todo con otros ojos.
Cuando descubrí, hace como tres años, que habían pintado estas escaleras me sorprendí.
-Soy muy rara y a mí las terrazas me gustan más en otoño que en verano, estar sentada en la calle, con frío, tomando un café caliente con un pinchito o un pastel me parece lo más.
-Si hay algo diferente es el sábado por la mañana. No sé que pasa que todo huele diferente, suena diferente y se llena de vida. Cuando voy a pasear por la playa, a la compra o a dar un paseo a algún parque todo está distinto(si hay ardilla mejor), se parece mucho a los sábados por la mañana de mi infancia, cuando mi abuelo me traía un tebeo y nos dejaban elegir el sitio al que queríamos ir.
Ay muero de amor con ardilla
-Y para ir acabando os diré que disfruto de algo muy tonto; encontrar algo en la tele por sorpresa, una peli que me guste cuando creo que van a poner cualquier otra cosa, o la repetición de un programa que me he perdido, pongo la tele mientras se termina la comida y ¡¡zas!! lo están emitiendo.
-Y salir esas tardes de sol, de las que saben a final de verano, y relajarnos en un lavadero donde unos meses antes pescamos renacuajos, ainnnnns, eso nunca me cansa.
-Y ya por último os diré que cada otoño hacemos una miniruta en un pueblo marinero y esperamos a que anochezca y el faro encienda la luz, no es nada del otro mundo pero llevamos años haciéndolo y nos gusta.
Aquí es donde empieza, y las puesta de sol son preciosas.
BBueno, pues hasta aquí estas cositas chulas que me encantan. Y vosotros; ¿tenéis cositas chulas que hacen la vida especial?¿Coincidimos en alguna?
¡¡¡¡¡¡Hasta el miércoles!!!!
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