Para superar momentos difíciles…
Para revivir un hecho pasado, recordar un amor, añorar a un ser querido…¿Sabes que puedes cambiar tu estado de ánimo deliberadamente?.
Al igual que las canciones, hay infinidad de cosas que podemos hacer para cambiar nuestro estado de ánimo, para bien o para mal, y lo sabemos. Sin embargo, a veces, somos incapaces de modificar nuestra actitud y seguimos ofuscados, a pesar de todo. Lamentablemente, muchas veces mantenemos un estado emocional “negativo”, llegando incluso a habituarnos a él.
Si quieres lograr un buen equilibrio emocional debes confiar en tu capacidad de sentir las emociones que elijas sentir en cualquier momento dado de tu vida.
Aprende a que puedes sentir lo que escojas, y ten en cuenta que, un sentimiento es la reacción física a un pensamiento. Con un poco de esfuerzo y dedicación puedes llegar a conseguir ese estado ideal, aquel que te permita disfrutar del día y sacarte el máximo partido.
Ante un desequilibrio emocional, en ocasiones, tendemos a intentar cambiar las condiciones externas en vez de empezar por nuestro interior, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el hecho de cambiar de perspectiva contribuye a mejorar también nuestras relaciones con los demás.
Al igual que la música, hay otros modos de estabilizar nuestras sensaciones, como por ejemplo, el simple hecho de recordar situaciones agradables en aquellos momentos en los que nuestro ritmo cardíaco se acelera e intentamos lidiar contra el estrés.
Si en tu interior hay luz y dejas abiertas las ventanas de tu alma, por medio de la alegría, todos los que pasan por la calle en tinieblas serán iluminados por tu luz.
Mahatma Ghandi
En el momento en que tus pensamientos, decisiones y gestos se ajusten a ti y fluyan naturalmente, casi sin darte cuenta, descubrirás que estás expresando tu inteligencia emocional al máximo.
En ese estado ideal aumentará tu capacidad de elección, avanzarás hacia tus objetivos espontáneamente, y tus acciones se corresponderán con tus valores.
Así que como dice la canción: Tú lo decides…
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Fuente: este post proviene de Superación Práctica, donde puedes consultar el contenido original.
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