Los primeros días lo tuvieron bajo muchísimos cuidados en un incubadora, en la que controlaban tanto la humedad como la temperatura. Además, le daban de comer cada 30 minutos durante 14 horas al día.. Imaginaos la constancia que ello conlleva. ¿Y qué comía? Pues al igual que el resto de aves en el nido, gusanos y demás insectos, además de una fórmula líquida que adquirieron.
Así, aquí podéis apreciar la increíble evolución en tan solo 7 días. Asombroso, ¿verdad?
Día 1
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Día 2
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Día 3
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Día 4
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Día 5
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Día 6
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Día 7
Al noveno día, como ya disponía de plumas y, por tanto, podía regular su temperatura corporal, pudieron dejar de usar la incubadora, y el avance del pequeño polluelo seguía imparable.
Día 9
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Día 10
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Día 11
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Día 25
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Día 27
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Finalmente, el día 36 y con un aspecto inmejorable, el pájaro fue puesto en libertad, dejando con una enorme satisfacción a sus criadores. Que historia más bonita, ¿no creéis?
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Fuente: Imgur.com
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