«En Venezuela ya no buscamos progreso, sino la supervivencia más elemental»

Claves del artículo:

Nunca hablo de política en mi blog. Es más, la política cada vez me interesa menos, ni siquiera veo el telediario... Pero hay algunas ocasiones en las que es imposible no enterarte de verdaderas tragedias que ocurren en nuestro planeta, y más cuando se trata de personas cercanas, como es el caso de una de mis alumnas del curso SelfCoaching, Dyanna Chacón de Venezuela. Una mujer sabia, profunda, generosa y espiritual.

En el grupo del curso SelfCoaching, aparte de los contenidos del curso, compartimos cada día un mensaje sobre un tema en concreto. En uno de esos temas, hablando de nuestras dificultades, Dyanna nos contó el horror que estaba viviendo. La desesperación que siente por no ya no tener la oportunidad de ganarse un sueldo digno, sino de no tener lo básico para vivir, como comida o medicinas.

En el curso SelfCoaching muchos compañeros nos hemos solidarizado con ella, apoyándola en muchos sentidos... Y una de las cosas que le  he propuesto es escribir sobre su experiencia en primera persona, porque para mí ella es una verdadera heroína. Una mujer luchadora que está viviendo en una situación desesperante de supervivencia y aún así aparece en el grupo del curso y se conecta a los directos que realizamos cada semana, sigue aprendiendo, sigue creciendo a nivel interno, pese al caos y la desesperación.

Cuando nos quejamos de nuestra crisis, en realidad no somos conscientes de que hay situaciones todavía más dramáticas. Cuando vemos que hay gente que no tiene ni para comer, a los que se les quitan sus derechos básicos, cuando la injusticia y la violencia llegan a los extremos... ahí es donde nos podemos dar cuenta de todo lo que tenemos para apreciar, todo lo que tenemos para agradecer, porque tenemos libertad, comida y lo necesario para vivir.

Por eso creo que es importante el mensaje que nos ha escrito Dyanna. Para despertar conciencias, solidarizarnos y poder sentir la compasión por personas como nosotros a los que se les ha privado de lo más básico. 

El relato de Dyanna me ha puesto los pelos de punta y me ha llegado al alma. Espero que haga lo mismo contigo.

No somos conscientes de lo afortunados que somos al tener comida y libertad.

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En un lugar llamado Venezuela...

Quizás algunos no nos conozcan, otros nos hayan oído nombrar, muchos sólo tienen referencias por las noticias y algunos nos hayan visitado alguna vez, cualquiera que sea el caso me dispongo a contarles en este post qué está pasando, cómo estamos viviendo en este lugar al norte de la America del Sur llamado Venezuela.

Brevemente, hemos superado en nuestra historia reciente dos dictaduras y muchos malos gobiernos, desde hace casi 20 años estamos en manos de un gobierno que ha saqueado, humillado, desprestigiado y arruinado nuestros recursos, gentilicio y derechos humanos y como Venezolanos por puro afán de poder.

Hoy 24 de Mayo 2017 los ciudadanos de todos los estratos sociales en muchas ciudades y pueblos a lo largo y ancho del país llevan más de 54 días en protestas y resistencia cívica exigiendo nuestro derecho de vivir en libertad y con oportunidades de desarrollo personal y profesional, dichas protestas son reprimidas continuamente de forma criminal y genocida por los cuerpos de "seguridad" que pagamos con nuestros impuestos para que nos protejan, con saldos mortales, heridos y detenidos que en muchos casos son víctimas de torturas físicas y psicológicas y tratados como criminales, negándoles el derecho a la defensa y juicios justos.

Desde un punto donde sólo puedo identificarme con mi humanidad pura y simple...

Hoy en mi país hay personas muriendo porque no hay medicinas para tratar su enfermedad o porque el costo de ésta es muy elevado, es tan cruel esto que no se trata sólo de personas adultas que pueden comprender, por más difícil que sea la situación por la que atravesamos, son también niños inocentes a los que su corta edad (bebés desde meses de nacidos hasta adolescentes y jóvenes) no les puedes pedir entender y aceptar que tienen una enfermedad tan dura como el cáncer y a la vez que sus posibilidades de sobrevivir están en manos de un gobierno que ellos no eligieron y mucho menos hay palabras que puedan hacerles comprender tanta miseria humana.

Sus padres y gremio médico también han salido a las calles a exigir su derecho a la salud. Es devastador ver niños que apenas aprenden a hablar con carteles pidiendo sus medicinas para poder seguir vivos (ya han muerto muchos). Como la enfermedad no hace distinciones, hay muchos casos de artistas y personajes públicos que han pasado a engrosar la lista de tener que solicitar campañas de ayuda para costear o conseguir sus tratamientos.

Uno de los casos más recientes está siendo publicado por las redes sociales justo cuando escribo estas lineas, se trata de una animadora de la televisión que necesita 89.000 dólares para cumplir su tratamiento de 18 quimioterapias; el medicamento no lo hay en mi país, debe comprarlo en el exterior, además de conseguir el dinero en bolívares (moneda local) que al momento actual está a una tasa de cambio de 5.900 bs por dólar, es decir su vida hoy vale 525 millones de bolívares.

El salario mínimo en Venezuela está cerca de los 200mil bolívrares (80% de la población gana esto) y un trabajador por mucho mejor que gane no llega ni al 10% de esa cifra. Estas medicinas y tratamientos de alto costo hasta hace poco eran gratis y se conseguían con facilidad en los hospitales públicos.

Hoy en día en mi país las personas se mueren de hambre. La escasez de alimentos y sus altos costos han provocado que cada vez más haya niños, jóvenes y adultos comiendo de la basura en las calles, en sus rostros se refleja la mendicidad, no la del que se siente mendigo y por ello pide porque cree que no tiene para dar (todos tenemos algo que podemos dar), sino la mendicidad de una situación que a rebasado todo límite social y humanamente comprensible.

El horror en Venezuela: «Hoy en día en mi país las personas se mueren de hambre»

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Muchos nos hemos vuelto un poco mendigos en algún área o servicio para poder sobrellevar el día a día porque ya no nos queda mucho para dar o compartir. La supervivencia a pasado de cómo o qué hacer para encontrar y traer a nuestra vida progreso y bienestar (estudios, mejores empleos, emprender algo, desarrollo personal, metas, objetivos, etc.) a simplemente hurgar entre la basura un trozo de pan o hacer campañas solicitando ayuda para comprar una medicina o alimentos.

La desnutrición a alcanzado niveles alarmantes, yo como profesional del área sé que el 90% de la población no se alimenta de forma adecuada y simplemente come lo que puede cuando puede. Los programas de distribución de "alimentos" del gobierno están sometidos a su obediencia, es decir si no los apoyas no lo recibes, alimentos que en realidad no contienen un balance nutricional adecuado (ni de cerca a lo que cualquier organismo necesita para alcanzar un óptimo estado de salud), además no se distribuyen de forma constante o con la frecuencia necesaria.

Se hacen filas de largas horas bajo sol, calor, lluvia y exposiciones a peligros de toda índole para poder recibirlos, tampoco son gratis, hay que pagar por ellos cuando muchas veces son productos de donaciones de otros países, es decir el gobierno recibe las donaciones de países hermanos y luego se las vende al pueblo. El sistema está corrupto hasta más no poder: muchos productos con precios regulados no llegan jamás a los anaqueles de las tiendas y caen en manos de mafias que luego nos lo venden hasta por 400 veces más de su valor.

El mismo gobierno hace la vista gorda ante esta situación y cada vez más, la estimula con sus controles. El gobierno se ha negado a abrir un canal humanitario que permita que lleguen las medicinas y los alimentos, porque eso significaría aceptar su fracaso en todo sentido.

Hoy en día comprar un par de zapatos vale lo que hasta hace menos de un año costaba una casa, un apartamento o era un capital de trabajo. Aunque el deterioro a todo nivel venía dando pasos agigantados en los últimos 10 años la embestida hacia el retroceso y empobrecimiento ha sido brutal, abrupta y cruel contra los ciudadanos de un país que solo pedimos libertad y el derecho a vivir según nuestras capacidades y no sometidos a las ansias de poder y control de unos pocos que creen que la vida se basa en el control sobre otros.

Venezuela: Hoy día comprar un par de zapatos vale lo que hasta hace menos de un año costaba una casa

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Nadie en su sano juicio tiene el derecho de escoger o manipular el camino de otros, de decidir qué es lo mejor, o de qué forma puede o quiere vivir. El autoritarismo sólo lleva a la rebeldía, gobernar no se trata de obligar, se trata de convencer al que quieres que esté de tu lado con hechos y ejemplos.

El pueblo Venezolano se cansó de tanta hambre, injusticia, corrupción, desempleo, dictadura y represión. Estamos en REBELIÓN, no podemos permitir que se sigan castigando y asesinando a quien piensa distinto, tenemos derecho a exigir respeto, igualdad de condiciones y oportunidades para que cada ciudadano busque su camino de desarrollo personal y profesional en libertad de pensamiento y obra.

Mi historia

Mi nombre es Dyanna Chacón, orgullosamente Venezolana, Especialista en Nutrición, deportista, cheff y madre de un joven de 21 años que no conoce otro gobierno y a pesar de ello sabe que las cosas no están bien, que vamos por un rumbo anti-natura para cualquier condición humana que sea favorable para el desarrollo y crecimiento dentro de los valores y principios que comúnmente deberían ser promovidos por un gobierno y sociedad en desarrollo.

Hace tres años y medio dejé mi trabajo seguro para emprender un camino en búsqueda de una reconexión personal y profesional. El camino ha estado lleno de espinas y una que otra rosa. Emprender en Venezuela en estos días es una tarea bastante cuesta arriba en lo económico, emocional, social y políticamente hablando las dificultades no son sólo sí tengo o puedo cumplir un objetivo de mi proyecto si no.

El reto mayor es poder sortear el escenario donde "debo" intentar desarrollarlo, ya que luchar con la escasez de alimentos, inflación fulminante (la más alta del mundo) de todo cuanto se ingresa, unido a la inseguridad, malos servicios, atraso tecnológico porque ya no llegan equipos y los que están tienen unos precios surrealistas, sumado a la casi total paralización del país desde hace más de un mes y medio por el reclamo y descontento nacional socava de una forma casi demoledora cualquier esfuerzo por mantenerse en pie.

En mi caso soy una persona luchadora y determinada a no dejarme vencer, he acompañado a mi hijo durante 3 noches a protestar y estar parada en medio de tantos jóvenes llenos de rabia y esperanza a la vez de que sus acciones surjan efecto me ha hecho comprender que hoy los Venezolanos tenemos una prioridad por encima de cualquier deseo personal y es rescatar nuestro país.

Sin un escenario adecuado no es posible el desarrollo fuerte y sano de las ideas, es como presentar la mejor obra teatro en un escenario vacío de butacas rotas sin luces y cobrando una entrada como si estuvieras en Broadway, es decir es totalmente incoherente, quizás esa sea una de las razones por las que tantas personas huyen o emigran de países en conflicto buscando el escenario que al menos les brinde la oportunidad de disfrutar de los derechos más elementales para cualquier ser humano: seguridad física, techo y alimentación.

El mínimo de condiciones es tan elemental que sólo nos percatamos de su importancia cuando lo perdemos o cuando nos damos cuenta que vamos a ninguna parte si no reconocemos nuestro punto de partida.

Más allá de lo visible... mi reflexión

Humanamente siento que he recorrido un gran camino y superado muchos obstáculos pero irremediablemente he vuelto llegar al punto cero, al punto de partida. Debo iniciar un nuevo recorrido aún no se si por el mismo camino pero sí sé que llevo nuevas herramientas para superar los nuevos o viejos obstáculos que se presenten durante el viaje.

Mi amada Venezuela está tomada por una especie de fuerzas malignas de unos que no sé si exista un espacio prudente para llamarlos seres humanos, lo cierto es que nos han llevado a la quiebra, ya nuestros campos no producen comida, muchas familias han perdido sus empresas, negocios grandes y pequeños han cerrado sus puertas, la red de salud pública no tiene medios ni para atender un resfriado, comprar comida es una tarea titánica económica y físicamente, cualquier ingreso de dinero se desvanece como agua entre los dedos (afrontamos la tasa de inflación más alta del mundo), el sistema de justicia solo obedece órdenes del gobierno y está de espaldas a la ley y a nuestra constitución nacional. La seguridad personal es casi un mito, salir a la calle es exponerse a todo tipo de peligros, los bienes materiales han entrado en fase de deterioro o desuso por no poder hacer mejoras o reparaciones comunes.

La sociedad ya no busca progreso o el normal surgimiento dentro de cualquier sistema, sólo busca la supervivencia más elemental. La gran mayoría de las personas salen de sus casas en busca de alimentos, atrás quedaron otras motivaciones.

El desespero y presión por conseguir lo más básico ha hecho que surja en muchos un instinto casi animal como el de dos perros que luchan por un trozo de hueso en la basura.

Hay personas (estudiantes, políticos, periodistas, militares, empresarios, jueces, padres, madres) presas y sometidos a torturas de todo tipo por oponerse a las ideas de un gobierno que busca a toda costa mantenerse en el poder haciéndonos cada día más pobres. Se han hecho innumerables denuncias y exposisiones a la comunidad y organismos internacionales y simplemente no pasa nada más allá de titulares de prensa y opiniones de personajes que ven la situación desde la protección y arrogancia de un puesto burocrático.

En Venezuela ya no buscamos progreso, sólo la supervivencia más elemental

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Hoy, 25 de mayo del 2017, el periódico Washington Post titula: "Venezuela está gobernada por el cartel de drogas más poderoso del mundo". En medio de todos los acontecimientos y más allá de lo visible y antes expuesto me pregunto: ¿Qué parte del ser humano desea o lo impulsa a hacer daño a otro, en el fondo a sí mismo? Tal vez miedo, ¿miedo a que?

¿Existe alguna justificación humana o espiritual para que alguna persona aquí o en cualquier otro lugar del mundo muera de hambre, en mundo provisto de forma abundante y suficiente para todos? ¿Quién tiene el derecho de apropiarse del camino de otro? ¿Por qué como raza nos cuesta tanto vivir en armonía disfrutando y agradeciendo de todo cuanto se nos ha dado sin medida? ¿Para qué queremos más? ¿A donde vamos a parar? ¿Qué más puedo hacer para comprender este trecho del camino?

Sé que lamentablemente no es sólo Venezuela y los venezolanos que estamos pasando y siendo víctimas de pseudo-poderes que se han dado a la tarea de mostrar al mundo y a sus semejantes la cara más obscura de la humanidad. En Africa las personas llevan décadas muriendo de hambre y sed, en Medio Oriente la guerra no cesa por creencias distintas, los desplazados y refugiados recorren el mundo en busca de paz. En Latinoamérica los gobiernos sucumben ante el narcotráfico y Europa vive con la zozobra de mentes extremistas que amenazan su seguridad con atentados terroristas que ciegan la vida de inocentes de las formas y momentos más inesperados.

Nos hemos convertido en una amenaza para nosotros mismos que nos lleva a la demencia de la autodestrucción

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La inconsciencia y la desconexión con nuestro verdadero PODER quizás sea la principal razón por las que nos hemos convertido en una amenaza para nosotros mismos que nos lleva a la demencia de la autodestrucción.

Dyanna Chacón

Puerto la Cruz, Venezuela




Dyanna Chacón es Especialista en Nutrición, Deportista, Chef. Graduada en Turísmo y Hotelería. Trabajó durante 18 años en la Industria Petrolera. A la par estudió cocina, nutrición y certificaciones deportivas. Actualmente dirige de forma presencial su propio programa de entrenamiento nutricional y físico  "Consciencia Saludable" en el que ayuda a las personas a llevar estilos de vida saludables que sean perdurables y adaptados a cada situación particular. Para ponerte en contacto con Dyanna, contratar sus servicios o ayudarle con una donación, aquí tienes los datos:

Skype: Dyanna231

Instagram: @dyannavidasana

WhatsApp: 00584128591013

Correo:chacondn@gmail.com

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