El Moulin Rouge de París
Este icono de París fue el proyecto de Josep Oller i Roca, un catalán que desarrolló un ojo especial para conocer el gusto del público de la Belle Époque.
Oller y Charles Zidler, gerente del cabaret, tenían algo muy claro: que el Moulin Rouge no podía pasear desapercibido, debía impresionar al visitante, causarle asombro. Ambos pusieron gran empeño en la decoración del cabaret y contrataron al pintor y litógrafo Adolphe Léon Willette.
Las campañas publicitarias impulsadas por Oller también promovieron el éxito del cabaret parisino.
Bailarinas del cabaret
Después de una intensa reforma en 1903, el Moulin Rouge se convirtió en teatro y al estallar la Primera Guerra Mundial cerró sus puertas. Un incendio lo destruyó y no fue reconstruido hasta 1921.
Este característico símbolo de la Belle Époque y de la bohemia de Montmartre recibe unos 600.000 espectadores anuales y su público principal está constituido por turistas, sobre todo chinos, rusos y estadounidenses.
Por él han pasado artistas como Édith Piaf, Liza Minnelli, Colette, Henri de Toulouse-Lautrec, Charles Aznavour o Frank Sinatra.
¿Sabías que fue el primer edificio electrificado de París? Es además el mayor consumidor privado de champán del mundo, donde se descorchan cada año 240.000 botellas.
Exterior del Moulin Rouge
Asistir a uno de sus espectáculos debe ser alucinante. Importante: el cabaret exige que todos sus espectadores lleven un código de vestuario adecuado y no permite la entrada al espectáculo en pantalones cortos, ropa o zapatos deportivos o chanclas.