En la semana visité una vez más el Café El Jarocho, aprovechando que vería a un amigo mago. En esta ocasión fue en la sucursal cerca de la estación del Metro Miguel Ángel de Quevedo.
No tomé fotografías del lugar, ya que la platica realmente nos mantuvo atentos todo el tiempo.
De lo poco que puedo añadir como cliente, es que los que te atienden no es que sean groseros, pero no son las personas más amables, están en su asunto y son desinteresados con lo que pasa. Otro punto en contra es que no puedes pagar con tarjetas, todo debe ser en efectivo. Del otro lado para mí lo mejor es el café de olla. Y obviamente la compañía siempre es buena para el café.