La razón principal detrás del surgimiento de tal orden es la falta de reciprocidad entre el estado y la sociedad. En un país democrático, el pueblo utiliza los derechos políticos para elegir un partido concreto que se asemeja mucho a su ideología, inclinación o posición socioeconómica. Además, hay otros factores cognitivos como el buen gobierno, la seguridad y la prosperidad que se suman a cierto tipo de nacionalismo de naturaleza interterritorial, es decir, las consideraciones de un poder en ascenso o un hegemón establecido. El proceso cíclico del sistema político tiene un desdén inherente hacia el vacío y cuando éste surge, los ciudadanos buscan una alternativa que pueda proporcionarles estabilidad, generando así un cambio en la aplicación de los derechos políticos.
La creencia general sobre la idea de la democracia es que salvaguarda las libertades del pueblo y mantiene la paz. Si bien la formación de una relación coextensiva entre un individuo y los derechos que le otorgan las constituciones de los diferentes países, el advenimiento del debate sobre los deberes para con la nación por encima de los derechos individuales ha cobrado más fuerza. Para definirlo simplemente, a menudo se recuerda a los ciudadanos que no merecen tener derechos si no se cumplen los deberes. Además, el consentimiento a tal orden permite al gobierno subrayar sistemáticamente que la resistencia es externa a la sociedad y antitética a las instituciones del Estado. Con la aprobación de la sociedad, el paternalismo democrático intenta centralizar la autoridad dentro de una institución particular que se transforma aún más en autoritarismo, la idea misma que la mayoría de las sociedades democráticas desprecian. Además, las cuestiones que surgen de tal orden están vinculadas al entorno sociopolítico de una nación. ¿Qué conduce al paternalismo democrático? ¿Hasta qué punto el gobierno ha sido capaz de persuadir al pueblo para que comprenda que la no rendición de cuentas es un requisito previo para un gobierno eficaz? ¿Por qué tal orden se ha vuelto cada vez más frecuente tanto entre los individuos como en la comunidad?
Como primer paso del Paternalismo Democrático, se establece un binario entre la virtud y el vicio que permite que los aspectos de la formación del consentimiento avancen en el control de la narrativa. La manera en que los gobiernos pueden persuadir a la gente para que se someta a sus respectivas instrucciones está estrechamente ligada a la formación del consentimiento. Sin embargo, la necesidad de que surja un vacío político es muy significativa. El vacío político permite al partido de la oposición explotar las incertidumbres presentes contra el gobierno en el poder. Aunque los métodos empleados son vociferantemente disolutos, puede fortalecer con éxito las objeciones contra el gobierno. La forma más banal de conseguir apoyo es a través de promesas de un futuro próspero. En general, el gobierno en el poder es criticado por la falta de bienestar y desarrollo que permite a los partidos en competencia lograr tracción en medio de la creciente incertidumbre.
Otra estrategia utilizada por las partes contrarias es la manipulación de la historia para adecuarla a su respectiva descripción del titular. La memorización histórica les permite amalgamarse con los que sufren bajo el establecimiento actual. Al culpar al titular del cargo de la miseria acumulada, las partes contrarias tratan de movilizar el apoyo. Para añadir valor a la distinción entre la virtud y el vicio, la historia actúa como un impulso para mantener la solidaridad continua contra el gobierno. La narrativa establecida gana reconocimiento cuando se utiliza la violencia para suprimir los movimientos no violentos, transformando así el levantamiento en un acto de independencia del brutal régimen. Permite a la oposición mostrar al gobierno como algo externo a la sociedad que debe ser desterrado para establecer la paz. La movilización exitosa no sólo permite la ruptura de la autoridad legítima, sino que también elimina la conexión entre el pueblo y el gobierno.
Debido a las razones mencionadas, hay mayores posibilidades de que la parte contraria llegue al poder con una inmaculada mayoría de votos. La movilización no termina con una ventaja en las elecciones. Dado que la memoria histórica y las tácticas del futuro próspero ya habían sido utilizadas por el partido cuando estaba en la oposición, busca afianzar aún más la narrativa propagando el miedo a la anarquía. Habiendo sufrido en el pasado, la ciudadanía respalda al nuevo gobierno porque les promete un gobierno estable con un enfoque inquebrantable en la solidaridad nacional. La movilización directa de la población se sustituye por una movilización indirecta en la que los medios de comunicación, los grupos de reflexión y el sectarismo se utilizan para mantener la popularidad del nuevo gobierno. El sectarismo religioso o étnico se utiliza frecuentemente para crear un adversario que podría causar más daño a la sociedad que la falta de progreso. Además, aquellos que desafían la obligación son responsables de los compromisos no cumplidos del nuevo gobierno. El mero hecho de considerar a los disidentes responsables de las desgracias logra el principal objetivo del paternalismo democrático: la no rendición de cuentas del gobierno como requisito previo para una gobernanza eficaz. Por lo tanto, es preciso comprender que el gobierno en el poder no sólo trata de crear una división dentro de la sociedad, sino que, al mantener la división, disuelve la distinción entre el Estado y el gobierno mediante esas medidas.
A través de la restricción de las distinciones, el gobierno intenta reafirmar su autoridad frente a la disminución de la libertad. Al revocar la cláusula de responsabilidad, tiende a limitar el vacío de poder a través de un sistema de patrocinio, tanto con un individuo como con la comunidad. Aquí es donde el paternalismo democrático introduce su etapa final – una sociedad que paga lealtad al gobierno en lugar de a la nación. Además, estas medidas están guiadas por la completa centralización del poder y son más efectivas durante las calamidades. A largo plazo, la división sectaria, la disminución de la libertad, los medios de comunicación limitados y un poder judicial servil conducen al colapso de la sociedad y más tarde del sistema político.
Como se ha observado en países como la India, los Estados Unidos, Hungría, el Brasil y Rusia, el gobierno basado en el miedo se ha afianzado hasta cierto punto en el que la normalización del terror se equipara con la preservación de los derechos y la libertad. Entonces la violencia se ejerce directamente para cumplir con la agenda del gobierno y cada órgano del estado se convierte en una víctima del paternalismo democrático. Unas pocas líneas del bien aclamado trabajo de J.S. Mill- Sobre la Libertad, “El mal peculiar de silenciar la expresión de una opinión es que está robando a la raza humana – la posteridad así como a la generación existente – aquellos que disienten de la opinión, aún más que aquellos que la sostienen. Si la opinión es correcta, se les priva de la oportunidad de cambiar el error por la verdad; si es incorrecta, pierden, lo que es casi un gran beneficio, la percepción más clara y la impresión más viva de la verdad, producida por la colisión con el error”.