Su creación se remonta a 1933 cuando Adolf Hitler aprobó el diseño de Ferdinand Porshe para la producción de un auto de línea bonita, económico y de fácil mantenimiento y adquisición que se convirtiera en favorito de los ciudadanos.
El resto de la historia es bien conocido y de ella permanece el carro que batió records de producción y que hoy goza del afecto de millones de fanáticos de todas las edades alrededor del mundo, quienes los conservan, restauran, modifican, comercian y por supuesto alardean.
Los vochos, pichirilos, Käfer, congorochos, petas, sapitos, coccinelles, cucarachas, maggiolinos, ponchos, beetles, bugs, etc. como son llamados cariñosamente, tienen su propio museo en Alemania, millares de clubes en diversas ciudades en todos los continentes y una increíble imaginería expresada en objetos de arte y productos inimaginables.
Para alimentar el gusto por estos bellos y famosos autos de culto, anexo algunas fotos que tomadas en encuentros de fans en Panamá y Medellín.
¿No son hermosos?
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