Todas ellas buscaban pareja a través de las redes sociales, y fueron embaucadas por el seductor profesional. En internet se hacía llamar Tito, Kayle o Mike. Las enamoraba para luego pedirles dinero, o bien, créditos bancarios a nombre de ellas. Cavallé decía ser cirujano y necesitaba regresar a Panamá para atender la clínica de su familia.
El gigoló gastaba todo el dinero en objetos muy caros que luego vendía, o bien, en drogas, alcohol y prostitutas. Las estafas oscilaban entre 1,000 y 60, 000 euros.
Fue detenido en una primera ocasión, el 26 de marzo, donde compareció ante dos penales de Barcelona. Salió en libertad con cargo, y ese mismo día compareció ante otro juzgado por los mismos motivos.
Una vez más, tras ser reconocido por alguien en la calle, Cavallé fue detenido el domingo pasado y liberado este lunes. A pesar de todas las denuncias, el ladrón asegura que nunca obligó a ninguna mujer a prestarle dinero, que él, en cambio, les regaló compañía, cariño, sexo y amor.