El Asesino de San Miguel. IV parte.

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El CEIC logró hacerse de la investigación, la cual estuvo comandada por el Agente Criminólogo Jackes Lacan quien decidió agregar a su equipo a Dany. Jackes ordenó a Dany que fuera a hablar con John, pues creía que siendo amigos le daría más detalles sobre lo sucedido. Ambos se dirigieron a la comisaria de poca monta, pero solo Dany entro a la entrevista con el bueno de John.

Cuando iban entrando, un oficial lo escoltó hacia la sala donde se celebraría la visita, era un cuarto pequeño, con luz tenue, en el interior del cuarto solo había una pequeña mesa vieja y dos silla de metal. El oficial le pidió a Dany que entrara y esperara mientras traían a John, éste asintió y se acomodo en una de las sillas. Al cabo de un par de minutos se escuchan unos pasos pequeños junto con el sonido de unos grilletes que eran arrastrados por el suelo, el oficial escoltaba al pobre hombre que vestía un pantalón naranja y una playera blanca, al más puro estilo de Criminal Americano. El prisionero entra a la pequeña sala, el oficial le pide que retroceda para quitarle las esposas de las manos, a lo que obedece. Dany observa a su amigo, una imagen verdaderamente espantosa, el buen amigo John esposado y con grilletes en los pies como si de un criminal peligroso se tratase. Aun lucia el típico peinado de Hitler, la poca barba que le salía ya estaba descuidada.

Había pasado una semana desde su arresto y ya reflejaba una imagen desgastada.

- Hey Dany. Por fin has venido-

- Apenas me concedieron la visita. Luces desastroso. ¿Cómo estas John? –

- ¿Tú como crees? No me han dejado en paz, ese par de Agentes de la Brigada Criminal me han estado interrogando, a fuerzas quieren que confiese haber matado a la joven, pero yo siempre les digo lo mismo y no me creen. –

- ¿la mataste John? –

- ¿Qué? Es enserio, tu también estas con ellos, ¿también crees que yo la mate? –

- Lo siento, tienes razón, como pude preguntarte eso. Pero debes entender que es protocolo, estoy obligado a hacerte esa pregunta. Mira John, si hay algo que debas decirme, este es el momento, yo puedo ayudarte a solucionar esto, pero necesito toda la verdad. –

John se encorvo hacia delante, como para decirle un secreto.

- No recuerdo nada de lo sucedido. No recuerdo a la joven, ni nada de lo que paso esa noche, solo recuerdo que estaba en el bar de mala muerte de los Tres Nietos, pero de ahí en más… Nada… creo que alguien me drogó, me han de haber dado una bebida adulterada. – miró para ver si alguien los estaba escuchando, cuando se percato de que no era así le comentó. – En la mañana del asesinato recibí un whatsapp de un número desconocido, firmado con el nombre de KIRA.

- ¿Kira? ¿Qué decía? – a Dany le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo al escuchar ese pseudónimo, le hiso recordar a esa carta que habían recibido su esposa y él.

- No recuerdo exactamente, pero decía que yo había sido inculpado. Que no iba a poder probar mi inocencia. Es ahí cuando me di cuenta de la sangre que tenía en las manos. Eso es algo que no me puedo explicar. –

- No te preocupes, vamos a llegar al fondo de esto. Tienes que aguantar un poco más, las autoridades del Pueblo no tienen pruebas contundentes para procesarte, lo más seguro es que salgas libre en un tiempo más. ¿Hay algo más que quieras contarme? –

John iba a negar, pero de pronto un pensamiento invadió su mente. - ¿Quién es la joven? –

- No lo sé, no han podido identificarla, pero lo que sí es seguro es que no es de por aquí. Pero eso es lo extraño, si no es de aquí, ¿Qué estaba haciendo esa noche en el Bar? –

Dany no esperaba una respuesta, pues no existía en ese momento. Se levantó de la silla, se acercó hacia John, le dio una palmada en el hombro y le dijo:

- Aguanta John, pronto te sacaremos de aquí. – se acerco a la puerta y le pidió al oficial que le dejara salir. Dany se perdió en el silencio y abandonó la comisaria.

Mientras tanto John se quedó unos segundos sentado, pensando en las últimas palabras de su amigo si en verdad recuperaría su libertad. El oficial entró y le pidió que se acercase a la puerta para ponerle nuevamente las esposas: John nuevamente regresaba al infierno.

Dany condujo hacia el CEIC para informar de las novedades de la vistita a la comisaria. Mientras manejaba su pensamiento estaba ocupado con ese tal KIRA, y en cómo es que ese nombre encajaba en el caso. Se decía que si descubría quien era ese incognito, el caso estaría resuelto. Pero de pronto el estomago se le revolvió al recordar la nota que el mismo KIRA le había mandado: debe de ser muy estúpido o muy inteligente como para mandarme la nota.

La psicóloga Sonia entrevistaba a los vecinos de la Colonia sin tener resultados. Nadie vio nada, pues todo sucedió en la madrugada, hora en que el reino de lo mundano cobra vida y las personas temerosas regresan a su refugio. Sonia decide regresar al CEIC para escribir el reporte de su investigación.

En el interior del CEIC se encontraba Jackes Lacan analizando el expediente del caso. Dany y Sonia se encontraron en el estacionamiento, se dieron un afectuoso saludo y se dirigieron con el jefe en mando. Jackes era de descendencia británica, de unos 50 años de edad, experimentado en Mente Criminal, a lo largo de su carrera había resuelto una gran cantidad de casos de asesinos seriales. Siempre lucía un traje italiano de sastre de tres piezas.

- ¿Qué han logrado? – pregunta Jackes

- Nada importante. – responde Sonia. – no hay testigos, nadie oyó nada. -

- yo tengo información valiosa.- comenta Dany. – John me dijo que en la mañana del asesinato recibió un whatsapp de un tipo llamado KIRA, el mismo que nos dejó la nota a nosotros. Eso quiere decir que posiblemente él haya inculpado a John. –

- Bien, eso es una buena pista. – Jackes toma nota en su cuadernillo. – El papel encontrado a un lado del cadáver también está firmado por el mismo sujeto. Además puedo ver que la calígrafa es la misma, sin duda se trata del mismo autor.

- No sé cómo pudieron pasar por alto esta información tan importante los agentes de la Brigada Criminal. Son unos incompetentes. – Sonia se muestra furiosa.

Dany observa en el lenguaje corporal de su esposa una gran ira, las manos empuñadas, los ojos en un punto fijo, la mandíbula rígida, una pequeña vena le saltaba en la sien. – Ya lo sé, pero cuando hablé con el Agente Cho, me dio la impresión de que algo estaba mal, como si no les importara quien cometió el crimen, era como si estuvieran apresurados a cerrar el caso. – Dany medita un poco, se adentra en sus pensamientos. - además, cuando recibimos la carta de Kira, mencionaba al Agente Cho y lo que nos dijo, eso solo lo pudo haber sabido alguien que estuviera cerca.- Su cuerpo tembló de solo pensar que quizá estuvo a unos cuantos metros o incluso centímetros del posible asesino de la desdichada jovencita.

Los tres profesionales se dedicaron a repasar el caso para ver si encontraban algo que les pudiera servir, se pasaron el resto del dia en la oficina. Ya en la noche Dany y Sonia deciden retirarse a descansar: si queremos resolver el caso, es importante estar al máximo.

Mientras tanto en la comisaria de poca monta de San Miguel se encontraba John, a media noche aun en vigilia y con mucha hambre y sed. Hacia horas que no probaba un bocado, solo un pedazo de pan duro que un oficial le aventó por lástima. La noche pasó en un pequeño colchón hediondo orines en el suelo, a un costado un retrete sucio, no tenia con qué taparse, simplemente con la ropa que llevaba puesta, la chamarra de los Green Bay Packers que se traia se la quitaron al solo entrar: una mala noche para dormir en el infierno.

Al dia siguiente despierta entre gritos y lamentos de un pobre muchacho que llevaban a encerrar a la celda contigua. Era conocido por vender éxtasis cerca de la secundaria a estudiantes a bajo costo. Lo atraparon cuando estaba por realizar una venta a una pequeña estudiante primeriza que no supo cómo disimular, una señora los vio y dio aviso a la policía que de inmediato fueron tras él, después de unas cuantas calles lo atraparon. Al parecer los polis lo llevaron a dar un paseo por el pueblo, lo torturaron con todo lo que se les ocurría y ya entrada la mañana decidieron encerrarlo en la comisaria.

John observa como golpeaban a vendedor y lo llevaban a porrazos a lo que creía era la zona de castigo, donde los desnudaban a mojaban a cubetazos con agua helada. Al cabo de unos instantes, unas personas de traje elegante y lentes oscuros aparecieron y se dirigían con él. Un policía abrió la celda y lo esposó. Uno de ellos entro y le djo:

- Ven con nosotros, se llego la hora.-

- ¿A dónde me van a llevar? ¿Dónde está mi abogado? – John estaba asustado y nervioso, pues la apariencia de estos sujetos no era nada agradable.

Lo tomaron de los brazos y lo sacaron de la celda, se dirigían hacia la salida. En la puerta de la comisaria estaba la Agente Solano, tan sensual y intimidante como siempre. Solo los observó sin mencionar una sola palabra. En la calle los esperaba un automóvil Ford Fusion 2016 que los llevaría a su destino, el problema es que John no sabía cuál era.

Jackes reúne a sus elementos para tener una pequeña reunión y recabar toda la información, organizarse para continuar con la labor. Sonia fue dirigida a hablar con los amigos con los que se encontraba John la noche del asesinato, para ver si alguien recordaba algo o a alguien. Dany iba a visitar nuevamente a John para hacerle más preguntas, y ver si le suena el nombre de Kira, o quizá si recordaba a una persona que quisiera hacerle daño. otra vez tendré que soportar ver a John en ese estado, es verdaderamente triste, se dice Dany a sí mismo.

Al llegar a la comisaria lo recibe un oficial con cara de pocos amigos:

- Hola Doctor, ¿en qué le podemos servir? – Menciona con un gesto burlón.

- Vengo a ver a John, no he podido hacer cita previa, pero es parte de la investigación, así que no creo que haya problema. –

El oficial soltó una pequeña risa. – lo siento, pero el preso ya no se encuentra aquí. El caso se convirtió en caso federal, y fue llevado al tribunal para ser procesado. –

Dany se quedo perplejo, se sorprendió de lo que acababa de escuchar. Como era posible que lo procesaran cuando no tenían las pruebas suficientes para inculparlo. Salió corriendo y se dirigía a la oficina del CEIC para informar a Jackes. Al llegar dio ala noticia, y se dirigieron a hacia allá. Al llegar a la Sala de Audiencia vieron a John siendo procesado injustamente.

El juez pide un breve receso para tomar la decisión final y decidir el destino del pobre de John. Mientras tanto los espectadores no podían hacer nada. Dany logró ver a los padres de su amigo llorando desconsolados, una escena para la que nadie estaba preparado.

El juez entra a la sala, todo mundo se pone de pie para recibirlo. Al cabo de unos instantes el juez da el veredicto final el cual es:

- Dado lo presentado el día de hoy, se encuentra al ciudadano Jonathan Muñoz como… CULPABLE. Por el crimen cometido, la gravedad de las consecuencias y la monstruosidad del crimen se le condenan a CADENA PERPETUA. Es todo, pueden salir, y llévense al criminal.

La historia de nuestro amigo John se está complicando.

Increíblemente nuestro amigo John ha sido declarado culpable. ¿Qué clase de pruebas fueron presentadas para tal veredicto?



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Etiquetas: Historias

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