El principal material para elaborar la impresión xilográfica del ukiyo-e es la madera, la tabla en la que se realizaban estas estampas debía ser dura y de textura fina para conseguir una impresión uniforme. Las maderas más adecuadas para obtener ese resultado son las de cerezo o manzano, aunque los artistas japoneses utilizaron casi exclusivamente el cerezo para sus creaciones durante la etapa Edo. Por otro lado, los preciosos colores de estas estampas japonesas estaban basados en tintas de acuarela hechas con una mezcla de pigmento y pasta de arroz.
Alrededor del año 1850 los artistas europeos descubrieron los grabados de ukiyo-e, que fueron de una gran influencia para los impresionistas. A partir de esa fecha las relaciones comerciales de Occidente con Japón mejoraron, lo que dio lugar a una apertura del país nipón con respecto a sus costumbres y, en este caso, a su arte, dando lugar al descubrimiento de estas bellas estampas de la vida cotidiana de la clase burguesa. Las Exposiciones Universales de finales del siglo XIX en Londres y París contribuyeron notablemente a este intercambio cultural. Muchos pintores del momento se vieron muy influenciados por las técnicas utilizadas en el ukiyo-e y las escenas que representaban, algunos de ellos fueron Edgar Degas, Claude Monet o Vincent van Gogh.
Grabados extraídos de la colección de la Biblioteca Digital Hispánica de la BNE.
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