Noviembre siempre ha sido un mes lleno de celebraciones y reuniones familiares y de amigos. Empezamos con Halloween y el Día de Todos los Santos y terminamos con Thanksgiving Day o Día de Acción de Gracias, momento que aprovechamos para dar las gracias por todo lo bueno que nos ha pasado durante el año.
Y, como ya es tradición, para la propuesta del mes de noviembre me he basado en otra de las novelas de Mari Jungstedt, en esta ocasión, en el cuarto volumen de la exitosa serie del inspector Anders Knutas, El arte del asesino.
¿Qué puedo decir de esta escritora y sus novelas que ya no haya dicho? Es una de las mejores escritoras de novela policíaca, sus libros y personajes me fascinan, es una persona encantadora con la que he tenido el gusto de hablar tanto en inglés como en castellano y, solo me queda decir que, soy muy fan de Mari Jungstedt.
Otras reseñas que he hecho sobre los libros de ella son: Nadie lo ha visto, Nadie lo ha oído y Nadie lo conoce.
Los ingredientes para elaborar una intrigante receta llena de costumbres suecas con un coque cultural y artístico de fondo son:
1 estación del año (Opcional: Invierno)
1 conocido galerista (Opcional: Egon Wallin)
1 cuerpo colgado en la muralla
1 ciudad (Opcional: Visby)
1 taza de oscuros secretos
1/4 de cucharadita de pistas
1 comisario (Opcional: Anders Knutas)
1 cadáver torturado (Opcional: Hugo Malmberg)
1 periodista (Opcional: Johan Berg)
Se echan todos los ingredientes en el vaso de una cafetera de émbolo y se añade agua caliente. Se remueve con una cucharita, se pone la tapa y se deja reposar para que los diferentes ingredientes se mezclen bien. Transcurrido el tiempo necesario, se baja el émbolo con el filtro y se sirve.
El sabor y aroma de este café te sorprenderá. Tomarlo acompañado de una miniobra de arte culinaria como es un cupcake.
¿Cuál es tu historia? Ya sabes que tienes un mes para macerar la idea, preparar un buen plato e invitarnos a probarlo.
Bon appétit!