Aún con el sabor de los turrones en la boca, andaba yo pensando en los famosos propósitos de año nuevo. Aquellos que asoman en su máximo esplendor en todas las redes sociales inundando muros, historias y posts sobrecargados que no se cree ni el autor de los mismos. Muchos deseos de cumplir sueños que se desvanecen por la falta de iniciativa, esfuerzo o simplemente, ganas. ¿ Por qué esperar a año nuevo para iniciar algo ?
Es la pregunta del millón. Quién más o menos (incluyendo una servidora) alguna vez, hemos elaborado una lista de maravillosos deseos, los cuales repasamos en nuestra mente uno a uno al chocar las copas de cava. Deseos o metas que podías haber empezado desde el inicio de ese pensamiento. Días, semanas, meses o incluso años atrás.
¿ Alguien se ha percatado de que el año tiene 365 días?
La mayoría tiende a usar ese pequeño salto de 24 horas entre el día 31 de diciembre al 1 de enero, para generar el impulso que nos conducirá hacia nuestras ansiadas metas. Digo salto por no decir excusa fácil.
Como siempre, el ser humano engañándose así mismo para auto convencerse. Cuánto menos, curioso…pero así funcionamos.
Año nuevo, propósitos…¿ nuevos o retomados ?
Venga que aquí se pone interesante el tema. No solo generamos nuevos deseos sino que , tomamos como propósitos acciones, costumbres y/o rutinas que ya hemos hecho anteriormente pero que hemos abandonado en algún momento por falta de motivación…
Iniciar una dieta
Ir al gimnasio
Mejorar como persona
Ser más solidario/a
Bla, bla, bla…
En serio, ésto se nos va de las manos y aquí quería llegar yo. Quizás para estar motivados, ¿debería ser 31 de diciembre una vez al mes ? Piénsalo…
Y creerme que estoy siendo realista/analista y para nada crítica. Solo pido un poquito de por favor, por el bien de cada uno…
Después de estar viendo desde hace días las historias de la mayoría de especímenes en Instagram, con sus agendas nuevas repletas de pegatinas con purpurina que les recordará sus propósitos a cumplir, me hace pensar que esos propósitos no son más que un fruto más de la ilusión de la propia época navideña.
Los mismos que se acaban cuando ésta se desvanece con el paso de los días…
Pero que decaiga la ilusión! A por nuevos retos y objetivos! Y con ésto ya empiezo a parecerme a un comercial de #Herbalmierder !
Primer propósito más repetido según los informes de analíticas con el hashtag más usado de esos días #propositos #vidanueva #nuevosretos
Dieta y gimnasio . Genial ! Cogemos agenda y bolígrafo rojo. 1 de enero: ¡comer bien + gym! pegatina de una mancuerna, otra de un aguacate y subrallaremos con 6 colores diferentes para recordarnos que queremos hacerlo de verdad. Pero ojo! no olvidar copiar ésto en todas las hojas de la agenda hasta final de año para no olvidar que el propósito debe continuar como la saga de Star Wars que parece no tener fin.
¡ Lynda, estás siendo crítica! Si, quizás un poco y por necesidad obligada. Mi único propósito es incitar a una importante reflexión que parece que todo el mundo pasa por alto…
Hoy ya es un día relevante para hacer cualquier cosa.
Las excusas de los propósitos
No finjamos que no es así. Siempre hay una buena excusa para todo propósito que posponemos. Tomaremos el ejemplo anterior…
El ponerse a dieta e ir al gimnasio un 24 de diciembre no es viable. Y digo yo…¿ por qué no ? Osea que…¿ Por narices tienes que comerte las 3 tabletas de turrón, las dos cajas de polvorones, el kilo de gambas, el pulpo, los mejillones, el solomillo, el cordero, el brownie con helado y el Kinder bueno que le guardabas a tu hijo en la despensa para que no picara entre horas ?
¿ Donde está la pistola que apunta a tu sien ? Mejor reconoce que te puede más el propósito de comer que cualquier otro propósito.
Cuando hay un propósito, una meta, un sueño…no se asigna una cita establecida para empezar a cumplirlo. Cuando el pensamiento asoma, es momento de actuar en el acto, o de lo contrario corremos el riesgo de que las ganas se vaya al traste.
La incapacidad de cumplir objetivos no es la mala suerte sino, la incapacidad de salir de la zona de confort
El ser humano disfruta perdiendo el tiempo, es de cajón. Y sin duda, lo más peligroso de todo ésto. Conozco gente que lleva años tratando de hacer algo concreto. Hablan sobre ello, profundizan sobre ello pero ahí siguen esperando. ¿ El qué ? No lo sé…un milagro quizás .Nos gusta desear y esperar. Esperar al momento adecuado. ¿ Es acaso el 1 de enero mucho más adecuado que un 8 de agosto ? Ahí quiero llegar.
No arrancamos por falta de iniciativa
No cumplimos por falta de constancia
Esa combinación es sinónimo de fracaso asegurado. Y comienza justo en el momento en el que lo posponemos para otro momento más adecuado. Hay está el fallo. Hoy es siempre un buen momento.
No hacemos, porque no queremos y eso nos lleva a la mayor desgracia de todas: la pérdida de tiempo. Algo que no podemos retomar, recuperar ni alterar.
La vida pasa demasiado deprisa como para posponer propósitos que podemos empezar hoy mismo.
¿ Qué opinas de ello ? deja tu comentario !
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