La cadena internacional de reacciones no tardó en llegar, unas horas después de conocerse los resultados del análisis alemán. Su presidenta, Ursula von der Leyen, lo consideró “un acto cobarde y despreciable” de la Comisión Europea, y pidió que los responsables fueran llevados ante la justicia. Jens Stoltenberg, presidente de la Alianza Atlántica, calificó la noticia de Berlín de “escandalosa” y señaló su “condena”. El Primer Ministro británico Boris Johnson sugirió que “el uso de un arma química es escandaloso” y pidió respuestas a Rusia. Washington encontró el acto “totalmente reprobable”.
Merkel afirma en un video que Navalni ha sido víctima de un asesinato. (REUTERS)
Según la agencia RIA citada por Reuters, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso sugirió que las alegaciones de Alemania no estaban respaldadas por hechos. Aunque Interfax citó al portavoz del Kremlin, que pidió un intercambio completo de información entre Moscú y Berlín sobre este tema.
Novichok es un grupo de agentes nerviosos letales, desarrollado en los años 70 y 80 por el ejército soviético. Es una sustancia de la misma familia por la que fueron tratados y por la que sobrevivieron, el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, en el Reino Unido en 2018.
El 22 de agosto, Navalni fue trasladado en un avión médico de un hospital de Siberia a Alemania después de sufrir un colapso durante un vuelo y de haber tomado un té en el aeropuerto original. Desde entonces, el popular adversario de 44 años ha estado en coma inducido, ingresado en el Hospital Universitario Charité de la capital alemana.
El miércoles, el Hospital Universitario La Charité emitió un comunicado en el que se afirma que Navalni sigue en estado crítico pero que muestra cierta mejoría a medida que el veneno retrocede. Ahora está en respiración artificial y en una unidad de cuidados intensivos. “La recuperación será probablemente larga”, dijo el gran hospital de Berlín, que insiste en que las consecuencias a largo plazo del envenenamiento son todavía demasiado pronto para saber.
A las cinco y media de la tarde, Merkel apareció informando sobre “el supuesto asesinato de un líder de la oposición” con la intención de “silenciarlo”. La intervención fue breve, pero en un tono más agudo de lo normal y más agresivo. Confirmó que el análisis del laboratorio médico militar ha dado un claro resultado que certifica el uso de un agente nervioso por parte de la familia Novichok. El envenenamiento, añadió el canciller, plantea cuestiones que “sólo Rusia puede abordar”.
El Canciller dijo que Alemania negociará una respuesta “aceptable” compartida a este “crimen” contra “los valores y derechos fundamentales” con sus socios europeos y de la OTAN. Tras el envenenamiento de Skripal en Salisbury, cientos de diplomáticos rusos han sido expulsados de los países europeos de forma coordinada.
Las tensiones de Berlín y Moscú
Navalni se mudó a Berlín hace una semana y media por “razones humanitarias”, como recordó Merkel el miércoles. Llegó a Alemania en un avión fletado por la ONG alemana Cinema for Peace, después de que el séquito del activista anticorrupción denunciara un posible envenenamiento y las intensas conversaciones para poder salir del país.
El caso Navalni tiene lugar en un momento de fuerte tensión en las relaciones entre Berlín y Moscú, marcado por el supuesto ciber-espionaje ruso del Bundestag. Merkel acusó recientemente a Rusia del “escandaloso” ciberataque al Bundestag en 2015, después de que los investigadores alemanes determinasen que existen “pruebas contundentes”. A esto se añade el caso del asesinato de un rebelde checheno asesinado a tiros en un parque de Berlín a plena luz del día, por el que la fiscalía