La corrosión no tiene por costumbre atacar por igual a todos los metales, aún en un mismo ambiente, puesto que están más sujetos a sus efectos los que presentan un carácter más electronegativo que el del hidrógeno.
Tratándose de dos metales con igual carácter, no sufren la corrosión en la misma forma, y algunos, como el cromo y el níquel, quedan en estado pasivo, y en tal condición no la experimentan.
La oxidación tiene que ver con una fina capa de polvo rojiso provocado por diferentes agente, mientras que la corrosión es aquello que despues de la oxidación comienza a destruir el metal.