En la portada de las dos partes del Quijote aparece mencionado Juan de la Cuesta. Hasta hace muy poco se creía que él había sido el principal responsable de la impresión de la obra de Cervantes, pero en 2008 se descubrió que de la Cuesta había estado al frente de la imprenta hasta 1607, y nunca como propietario. Este dato implica que únicamente tuvo contacto con la primera mitad de la novela, impresa en 1604.
La segunda parte fue publicada en 1615, y su corrector había permanecido en el anonimato hasta hace muy poco. ¿Cómo se descubrió su identidad? Debido a una pelea entre vecinos. Lo curioso de esta historia es que en 1635, María de Quiñónes era propietaria de la imprenta y realizó una denuncia contra el Hospital de los Desamparados.
El nosocomio estaba al lado de su edificio y había construido ventanas en una pared medianera. Y como eso estaba prohibido, se llevó a la justicia. Entre los documentos de esta riña entre vecinos figura Jerónimo de Salazar, quién para ese entonces ya llevaba 30 años trabajando como corrector en el lugar.
La investigadora a cargo del hallazgo remarca que, en aquella época, difícilmente hubiera más de un corrector en la imprenta. Por ese motivo le adjudica a Salazar la responsabilidad por la segunda parte del Quijote. Este hallazgo cultural es una noticia colorida sobre el mundo de la literatura, y sobre un clásico de todos los tiempos. Pese a que nunca se sabrá a ciencia cierta si efectivamente el corrector fue el responsable de la segunda parte del Quijote, es lo más cerca que se ha estado de saberlo en cientos de años.