Este furioso visitante trae vientos de 120km/h y ha dejado a su paso destrozos importantes y un número considerable de víctimas, por ejemplo en Haití.
Tal evento, además de solidarizarnos con los ciudadanos de Nueva York, debe hacernos pensar en cuál es nuestra actitud frente al problema climático que hemos creado con nuestro abuso del planeta y cómo ayudaremos individualmente a recobrar su salud, pues infortunadamente es una tierra enferma y triste la que estamos heredando a nuestros hijos.
Esperemos que Frankestorm sea benevolente con los lugares a donde llegue y mientras tanto pensemos en una forma de proteger y cuidar nuestro hogar, el de tod@s.
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