Más del 50% de lo que expresamos se transmite por nuestros gestos y las expresiones de nuestro rostro.
Para interpretar el lenguaje de las expresiones faciales, debemos aprender a distinguirlas.
A finales de los años 60, el doctor Paul Eckman, intentó descubrir si había expresiones universales que cruzaran todas las fronteras culturales. Realizó un estudio comparativo de las expresiones faciales procedentes de varias culturas. De ese modo descubrió que existen 7 emociones universales en la cara:
Ira, desdén, sorpresa, miedo, felicidad, tristeza y asco.
Eckman, además desarrolló un método para investigar los músculos faciales, definiéndolos y catalogándolos. Ello fue muy útil, ya que hoy en día se utilizan lectores faciales en aeropuertos, estudios marketing y publicidad, investigaciones de consumo…
Eckman descubrió más de 3000 expresiones faciales, dichas expresiones se tienen en cuenta hoy en día, por ejemplo, en las apariciones públicas de políticos. Se sabe que hay un tipo de expresiones que comunican competencia y se ha demostrado que la elección de un político por la expresión de su rostro es importante para los votantes.
Reconocer y valorar a las personas por sus expresiones requiere prestar mucha atención a su rostro. Determinar si su expresión es sincera, y saber lo que esa persona quiere con sólo mirarla, requiere de gran sensibilidad, atención y práctica.
Hay personas especialmente sensibles que disponen de esa capacidad. Dicha capacidad se puede desarrollar si somos muy observadores y percibimos las señales que las personas nos mandan sin saberlo, muchas veces de forma automática.
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