Han tenido que pasar más de cuatro siglos para dar con la pluma que hábilmente redactó la novela que inició ese estilo que se catalogó como ‘picaresca' y, a la espera de que se comprueben estas investigaciones científicamente, ha sido Mercedes Agulló, reconocida paleógrafa, quien ha dilucidado que ‘El Lazarillo de Tormes' debería aparecer bajo la autoría de Diego Hurtado de Mendoza.
Este individuo, desconocido hasta ahora para la historia y literatura española, tiene cierto reconocimiento como mecenas de pintores y escritores del renacimiento en España. Además de aparecer en el árbol genealógico del Marqués de Santillana como su nieto y haberse comprobado que se codeaba en círculos literarios con algunos amigos populares hoy por su narrativa.
Según Agulló, la prueba la hallaron en unos papeles que recopilaba el propio Hurtado de Mendoza en las que había escrito "un legajo de correcciones hechas para la impresión de Lazarillo y Propaladia".
Sea como sea, cierto o no este descubrimiento, una cosa segura es cierto: este ejemplar seguirá siendo uno de los grandes de nuestra literatura.