Aunque esta vieja creencia es muy popular, la experiencia dicta que no es la más acertada, y tarde que temprano terminan por comprender que una decisión de esta índole los lleva a futuro a una mala comprensión entre los dos, y que inevitablemente termina en ruptura.
Las diferencias en relación a las personalidades de cada quien son algo natural que nos distingue, y aunque busquemos a alguien totalmente parecido a nosotros eso es imposible, y son precisamente las diferencias las que nos llevan a futuras discusiones.
Sin importar que un católico se enamore de una cristiana o un rockero lo haga de una norteña, los estudios científicos demuestran que si la pareja tiene gustos similares, más altas serán las probabilidades de que su relación perdure. Aún así no hay regla general que nos diga como puede formarse una pareja exitosa, y es que hay múltiples factores que influyen en todo esto.
Mucho depende también de las experiencias que vamos acumulando, pues con el paso del tiempo, las características que nos parecían idóneas van cambiando; no mucho, pero si se van puliendo algunos detalles.
Buscar una pareja con personalidad similar a la tuya es como crear una extensión de ti mismo, sabes que podrán complementarse muy bien porque tienen temas de interés similares, gustos parecidos, principios valores etc. Y todo esto va encaminado hacia una relación sólida.
Caso contrario cuando se busca a alguien con una personalidad opuesta es porque necesitan experimentar con un estilo de vida diferente, quieren vivir experiencias nuevas, seguramente para mejorar o aprender sobre ciertas cuestiones, pero aunque lo nuevo nos genere emoción, expectativas e intriga, el tiempo los aterriza siempre a la realidad; la relación no prospera.