Por eso, me decidí a ver qué tal era CSI Cyber, la última franquicia que como su nombre indica ahora se centra en los delitos tecnológicos. He visto cuatro capítulos para ver cómo iba la serie y la he dejado, porque va de mal en peor. De hecho, creo que es una de las peores series del año, o al menos la peor que yo he visto.La interpretación es muy mala
Podemos comenzar por hablar de la interpretación de Patricia Arquette, que es la protagonista. En la serie interpreta a la doctora Avery Ryan, una psiquiatra a la que un hacker le jugó una mala pasada metiéndose en sus archivos y publicándolos, lo que le costó la vida a un paciente. Es por eso que manda a esta unidar de cibercrimen.
La interpretación de Patricia Arquette es penosa, algo que se puede comprobar en el primer capítulo. Ni siquiera tienes que ver más para saber que están ante una serie muy mala. De hecho, en el primer episodio incluso notarás como el equipo tiene que forzar mucho la situación para que los policías de verdad le den el caso, lo que no es un buen presagio.
El resto de actores no mejoran mucho el tema de la interpretación, con mención especial para el agente Mundo, que es el musculoso y el tonto de la unidad, aunque no faltan otros clichés como el friki aficionado a la informática o la técnica con los pelos de colores extraños.Los errores tecnológicos son de bulto
En una serie que se llama CSI Cyber uno espera que traten el tema de la tecnología con cierto rigor. Sin embargo, y como pasa con las otras franquicias, en las cuales los casos se resuelven en minutos usando técnicas de laboratorio que no existen, aquí los errores tecnológicos son de bulto.
En algunos blogs de tecnología incluso se han dedicado a reseñarlos y a reirse de ellos. Uno de los que más gracia hace es el programa que pone de color rojo las líneas de código malware.La serie va a durar poco
A la serie le auguro poco éxito. Si no me equivoco en los Estados Unidos está grabada la temporada uno completa, así que es más que probable que la serie se quede ahí, a no ser que dé un giro espectacular que haga que los espectadores tengan interés, aunque lo dudo mucho.